La histórica iglesia de la Inmaculada Concepción en Saint-Omer, en el departamento de Pas-de-Calais, en el norte de Francia, fue devastada por un incendio provocado en la noche del 2 de septiembre.

De las 4 a las 7 de la mañana el edificio histórico ardió, se derrumbaron el tejado y el campanario y sólo se extinguió por el trabajo de 120 bomberos. No hubo heridos, pero 60 personas fueron evacuadas como medida de precaución.

El sacerdote Sébastien Roussel, "con la autorización y bajo la supervisión de los bomberos", volvió a la iglesia "cuando el incendio estaba bajo control para tomar lo más importante, es decir el copón del sagrario en un primer momento, luego varias estatuas y elementos del mobiliario litúrgico". Rescató así el Santísimo Sacramento y una veintena de otros objetos religiosos, incluido el busto relicario de San Cornelio. Sobre las vidrieras señaló que al menos las del coro, más hermosas y dedicadas a María, estaban poco dañadas, al parecer.

El agresor: un reincidente con fijación con los templos

La policía habló pronto de un sospechoso que era reincidente en atacar iglesias y de hecho fue detenido pocas horas después del incendio. Al parecer, la policía tenía datos sobre un hombre que entró destrozando una vidriera y pronto lo reconoció: Joël Vigoureux, que ya ha intentado quemar iglesias en ocasiones anteriores y ya fue encarcelado por ello.

Según revelan distintos medios franceses estos días, Joel Vigoureux ha recibido condenas por parte de la Justicia francesa hasta en 25 oportunidades. En la última, en 2021, le condenaron a 3 años y medio de prisión. También se le exigía someterse a tres años de seguimiento sociojudicial con obligación de recibir atención psicológica y psiquiátrica. Como se ha visto, la terapia no ha funcionado: al salir de la cárcel volvió a reincidir.



Según recogió la prensa local en 2019, aseguraba que atacó la iglesia de Équihen-Plage, cerca del mar de Boulogne-sur-Boulogne, y otros 8 edificios religiosos en Boulonnais, porque decía que todos los sacerdotes son pedófilos.

Muchos incendios por mal mantenimiento, pero también agresiones

Un análisis de AFP con datos del Observatorio del Patrimonio Religioso (OPR, www.patrimoine-religieux.fr , entidad que analiza el mantenimiento de patrimonio de las distintas religiones en el país, a menudo desatendido por el Estado) contabilizaba 27 incendios en iglesias a lo largo del año 2023, y 12 en el primer semestre de 2024, aunque apuntaba que la mayoría son por accidentes y mantenimiento defectuoso.

Claire Danieli, responsable del inventario de los edificios religiosos de la OPR, explicó también a la AFP que el "patrón recurrente" que se repite es que se deslizan piezas del tejado, "entra agua y toca los cables eléctricos. Se crea un cortocircuito sin que nos demos cuenta y provoca un incendio. [...] O es la calefacción eléctrica. La enchufamos el sábado por la tarde porque hay misa dominical, pero ya no cumple con los estándares y es un infierno".

En 2023 un plan de seguridad del Estado sobre catedrales y monumentos históricos detectaba específicamente en las catedrales numerosas "instalaciones eléctricas defectuosas o inadecuadas" o "almacenes inadecuados" (por ejemplo, sustancias inflamables cerca de velas).

Ya en 2019 el Observatorio del Patrimonio Religioso denunciaba que 500 iglesias en Francia corren riesgos físicos graves y otros 5.000 templos (no sólo católicos, también ortodoxos y protestantes) se encuentran en penoso estado de conservación.

Ataques a cruces, cementerios, pintadas, vandalismo...

Pero aunque los incendios premeditados sean pocos, abundan otras agresiones contra las instalaciones cristianas, especialmente pintadas y muchos destrozos contra tumbas, cruces o estatuas en cementerios.

En 2022, la senadora Isabelle Florennes y el diputado Ludovic Mendes, de la mayoría presidencial, detectando 857 agresiones anticristianas en 2021, de las que 9 de cada 10 eran ataques a propiedades, incluyendo 752 lugares de culto, sumando ataques vandálicos, robos, destrozos...

Han mejorado algo las cifras respecto a 2018. Según las cifras oficiales del Service central de Rensignement Criminel (SCRC), reveladas por el matutino conservador Le Figaro, las iglesias de Francia sufrieron, durante el 2018, 129 robos y 877 degradaciones, de la profanación pura al vandalismo sin escrúpulos. «Buen» o «mal» año, las iglesias francesas sufren del vandalismo de manera crónica, ante la aparente impotencia policial.

Según esa misma fuente, dependiente de la Gendarmería y el Ministerio del Interior, Francia fue víctima en 2018 de 1.063 actos anticristianos: profanación de tumbas y cementerios, saqueo de iglesias, pintadas obscenas y lugares de culto, grabación de vídeos sacrílegos…