En la cuna de la democracia, en plena Unión Europea, la Policía acaba desarticular una trama de adopciones ilegales en la isla de Creta (Grecia). Las mujeres que estaban gestando se han quedado en situación de desamparo.
En una información que recoge el diario ABC, se dice que algunas de ellas se encontraban en los 14 pisos que la clínica tenía repartidas en la isla. Estas eran traídas desde el este de Europa para gestar los bebés.
Un gran negocio
Por el momento, tan solo tres de ellas han dado a luz y una acaba de salir de cuentas. Una mujer georgiana, que se sometió a un proceso de maternidad subrogada, ha narrado su experiencia al diario digital griego 'Flashnews'.
Bajo el nombre ficticio de Ana, ha afirmado que la clínica la captó a través de una intermediaria en su país de origen y que fue llevada a Creta con los gastos cubiertos por la organización. "Me hicieron firmar documentos en griego y no me explicaron lo que decían", ha comentado.
La mujer decidió en el año 2021, y por razones económicas, aceptar la oferta que le había hecho la clínica: 18.000€ en total por gestar en su vientre un bebé para una pareja europea. Durante los once meses que estuvo en la isla, pasó por 3 de las 14 residencias de la organización criminal.
Según su testimonio, recibía 200€ al mes para sus gastos personales y de alimentación, que eran descontados de la cantidad final acordada. Es decir, recibió 15.000 al final del proceso. Ana afirma que residía en un piso con otras cuatro madres gestantes y que no podían recibir visitas ni salir de la vivienda después de las 22 horas.
Ana asegura que ninguna de las mujeres estaba preparada psicológicamente para entregar el niño. "Yo me preparé para aceptar que el bebé no era mío y que estaba ayudando a otras personas a formar su propia familia, pero no todas las mujeres que estábamos allí llevábamos bien el proceso", confiesa.
La Fiscalía griega ha presentado cargos por organización criminal y tráfico de personas, entre otros, al ginecólogo de 73 años de edad y propietario de la clínica de fertilidad, al embriólogo, a la secretaria y a una mujer de nacionalidad rumana que hacía de intermediaria en la captación de mujeres gestantes en los países del este de Europa.
Puedes ver aquí los engaños que hay en los vientres de alquiler.
Según el canal privado de televisión 'Alpha', muchas parejas han aterrizado durante estos días en Creta para realizarse pruebas de ADN y poder reclamar judicialmente la paternidad de las criaturas que han nacido durante los últimas semanas.
Estas parejas habrían presentado como prueba de paternidad los datos de las madres gestantes y otra documentación de la clínica de fertilidad. Según las declaraciones de la portavoz de la Policía Nacional, los padres adoptantes sabían que se trataba de adopciones ilegales.