En el Sínodo convocado en Barneveld, la mayor parte de los delegados está a favor de Internet. 

Ya no será pecado navergar en internet para los ultra tradicionalistas protestantes de Holanda. Internet deja de ser un tabú entre las comunidades cristianas fundamentalistas de Holanda. En el Sínodo, convocado en Barneveld, la mayor parte de los delegados se expresaron a favor de la Web, porque la red «ha echado raíces tan profundas que las iglesias y las comunidades no pueden prohibir su uso».

Las Comunidades reformadas de Holanda constituyen una comunidad eclesiástica protestante ultra-ortodoxa con más de 24 mil seguidores.

Muchos de los que pertenecen a esta Iglesia viven en pequeñas ciudades y en pueblos al interior de lo que se conoce como «el cinturón holandés de la Biblia», que se extiende desde la provincia de Zeeland (sureste) a la de Overijssel (noreste). En Holanda las conocen como «Iglesias de calzas negras» por la forma extremadamente conservadora con la que se visten. Gran parte de la comunidad no ve la televisión ni escucha la radio.

Un portavoz del Sínodo de Barneveld define Internet de esta manera: «un fenómeno que es necesario alejar lo más posible de nosotros», pero otros exponentes del Sínodo argumentan que la red puede ser usada positivamente. 

Un aspecto bien distinto se percibe en la Iglesia católica que ve en Interent un medio de comunicación y, también de evangelización. El Pontificio consejo para las Comunicaciones sociales considera que «si bien la realidad virtual del cyber-espacio no puede sustituir a una comunidad interpersonal auténtica o la realidad de los Sacramentos y de la Liturgia o el anuncio directo e inmediato del Evangelio, puede completarlos, empujar a las personas a que vivan más plenamente la fe y a que enriquezcan la vida religiosa quienes lo usan».
Internet es, para la Iglesia, un instrumento para ponerse en contacto con grupos particulares, como los jóvenes y jóvenes adultos, ancianos y personas que no salen de casa, porque viven en áreas remotas, miembros de otros organismos religiosos, que de otra manera no podrían ser alcanzados.

Y, de hecho, «un número en aumento de Parroquias, Diócesis, Congregaciones religiosas e Instituciones relacionadas con la Iglesia, programas y organizaciones de todos tipos usan Internet por estas y por otras razones». En algunos lugares, a nivel tanto nacional como continental, están en curso proyectos creativos promovidos por la Iglesia.

La Santa Sede está activa en este sector desde hace bastantes años y sigue expandiéndose y desarrolando su presencia en Internet, «animando a los grupos relacionados con la Iglesia que no han dado el paso para entrar al cyber-espacio y a que consideren la posibilidad de hacerlo lo antes posible. Recomendamos ampliamente el intercambio de ideas y de información mediante Internet entre todos aquellos que tienen experiencia en el campo y los que son todaía principiantes».