El Ayuntamiento de San Petersburgo (Rusia) ha concedido la autorización para que se celebre esta semana la Procesión del Corpus Christi en la avenida Nevski, la más importante de la ciudad, recorrida por multitud de turistas y en la que se encuentran las iglesias de las principales confesiones: ortodoxa, católica, luterana y armenia.
Será la segunda vez que se celebra esta procesión en la historia de la ciudad: la anterior fue hace 93 años, y varios de sus organizadores morirían mártires bajo el comunismo pocos meses o años después.
La procesión de este año estará presidida por Paolo Pezzi, el arzobispo católico de Moscú (la diócesis incluye San Petersburgo) y contará con la participación de cónsules de diversos países europeos.
El padre Alejandro, un español misionero en San Petersburgo, cuenta en el blog de la asociación "Amigos de Rusia" ( http://amigosderusiasannicolas.blogspot.com ), que apoya a sus parroquias desde España, lo que significó la procesión de 1918, un gran fogonazo de alegría católica justo meses antes de apagarse en un baño de sangre y persecución.
La organizó el veterano prelado Budkevich, hoy en proceso de beatificacion: los bolcheviques lo fusilaron 5 años después. Participaron el arzobispo Ropp, el siervo de Dios Obispo Jan Cieplak y el beato exarca de rito católico bizantino Fedorov. Nadie podía imaginar que 20 años después, en San Petersburgo solo quedaría una iglesia católica con unas pocas decenas de feligreses y muy vigilados por la KGB.
El sacerdote Francisk Rutkovskiy describió la procesión de 1918 varios años después, en su biografía sobre el obispo Cepliak:
Salió el clero de ambos ritos [latino y bizantino], los profesores de la Academia de Teología con el rector a la cabeza, muy despacio desfilaban las diversas órdenes vestidas con sus habitos, seguía la corriente de la multitud de la gente, desfilaban las hermandades, las diversas asociaciones civiles, las agrupaciones sociales, se oia el rumor de los estandartes, por doquier se derramaban las flores.
Y tan grande era la majestad de esta marcha que todos los concurrentes [se refiere a la población básicamente rusa y ortodoxa] cayeron de rodillas, se quitaron los sombreros y con admiración contemplaron la escena incomprensible y jamás vista que tenian ante si: la unión de los ritos y de las nacionalidades bajo un solo pastor y un solo orden. Ni uno solo de los participantes se atrevía a resollar, al contemplar a tantos como caminaban en estas filas, ni uno solo de ellos, movido por el odio, se tapó la mirada ante el resplandor que emanaba de esta luminosa muchedumbre.
Después llegó la Revolución. En 1920 había unos 900 curas católicos en la Unión Soviética (que incluía regiones católicas de Ucrania y Bielorrusia) y unos 2 millones de fieles. Apenas 10 años después, 600 sacerdotes católicos habían sido eliminados. Entre 1937 y 1938 fueron ejecutados otros 140 curas católicos. El estudio sistemático de la persecución a los católicos aún está por realizar.
Esta semana, después de 93 años, la custodia con el Santísimo volverá a recorrer la Avenida Nievskiy.