Pese a que en la Iglesia, sobre todo de Occidente, se vive una importante crisis de vocaciones tanto para la vida sacerdotal como para la religiosa, existen también en estos países lugares donde se están disparando las llamadas a esta entrega radical y lejos de cerrar conventos y seminarios se ven obligados a ampliarlos.

En España hay congregaciones y comunidades que están recibiendo a numerosas jóvenes y en Francia un ejemplo es el de las carmelitas de Alençon, que en apenas dos años prácticamente ha doblado el número de religiosas ante la cantidad de novicias que están llegando a sus muros. Esto ha obligado a trasladarse a un lugar con mayor capacidad.

En este inicio de curso, este convento de carmelitas está recibiendo a cinco postulantes, y hace poco recibió a otras dos jóvenes más.

Este pequeño boom de vocaciones en este convento no ha pasado desapercibido en Francia y por ello Famille Chretienne ha querido hacerse eco y buscar la explicación a que en este corto espacio de tiempo chicas jóvenes procedentes de distintas partes de Francia e incluso de otros países europeos se hayan fijado en Alençon.

Hace apenas unos días se incorporó una joven postulante de 20 años, que será seguida de otras cuatro en las próximas semanas. Son todas muy jóvenes, y excepto una que es alemana, el resto son francesas.

La Madre Priora atribuye esta nueva situación a dos factores: la actualidad del carisma de la Orden Carmelita y a la decisión que tomó la comunidad hace unos años de adoptar la liturgia tradicional.

“El mundo, la Iglesia, está sufriendo mucho, es el momento de aferrarse a la Cruz de Jesús acercándonos a María, según la intuición de nuestra fundadora Teresa de Ávila”, explica la superiora de esta comunidad.

En su opinión, “las jóvenes que entran aquí quieren vivir con la Virgen al pie de la Cruz. Para las almas en peligro de perderse, eligen una vida de oración y sacrificio, y en la liturgia de 1962 se expresa muy claramente el carácter sacrificial de la Misa”.

Esta religiosa recuerda que sólo en Francia sólo el Carmelo de Alençon ofrece la misa y la liturgia de las horas según el rito anterior al Concilio Vaticano II. “Las jóvenes escriben “Carmelo” y “forma extraordinaria” en internet y se encuentran con nuestro convento”, señala la priora.

En estos momentos, la comunidad vive con incertidumbre su futuro inmediato tras la publicación por parte del Papa de Traditionis Custodes, que restringe el uso del rito según la forma extraordinaria. Pese a todo, la religiosa se muestra tranquila y afirma que le corresponde al nuevo obispo de Séez, monseñor Bruno Feillet, que acaba de tomar posesión, el tomar una decisión.

 “Vendrá a visitarnos lo antes posible. Espero que nos deje continuar. Estamos apegados a la liturgia de 1962 pero estamos muy bien integradas en la diócesis de Séez. Son los sacerdotes de la Fraternidad de San Pedro los que vienen a celebrar la Misa en el convento, pero nosotras siempre hemos asistido y también hemos recibido las Misas celebradas por nuestros sucesivos obispos y las primeras Misas celebradas por los sacerdotes de la Comunidad de San Martín y los sacerdotes de la diócesis", recuerda.

Este pequeño boom vocacional también ha tenido otra consecuencia en el día a día de estas carmelitas. Se han mudado a un nuevo convento a las afueras para tener mayor capacidad para acoger las nuevas vocaciones, pero también para tener más tranquilidad y un menor bullicio del que tenían en el centro de la ciudad.

Establecidas desde 1888 en la localidad de Alençon, dejaron la zona hace dos años para escapar del bullicio del centro de la ciudad. "Cuando nuestras fundadoras llegaron de Le Mans a finales del siglo XIX, el convento estaba ubicado en los tranquilos suburbios de la ciudad, pero en los últimos años nuestro distrito se ha vuelto demasiado ruidoso y animado para la vida monástica".