"Los alimentos, medicamentos, agua y productos de higiene se están acabando en Mariúpol", explicaba el domingo el padre Rostyslav Spryniuk, director de Caritas Mariúpol. Este puerto de 450.000 habitantes en el sur de Ucrania es uno de los epicentros de la guerra. Desde hace días la ciudad está casi cercada y los rusos bombardean casas y escuelas con artillería y causan bajas civiles, incluyendo mujeres y niños, según el alcalde Vadym Boichenko.
El padre Spryniuk explica que "parte del personal de Caritas Mariúpol fue evacuado a Zaporozhye para continuar con la ayuda humanitaria allí", explicaba.
Hay países que ofrecen millones de euros en ayudas humanitarias a Ucrania, pero al interior del país aún no han llegado. Cáritas Ucrania desgrana algunos de sus esfuerzos locales, fruto del trabajo de voluntarios, las parroquias y los vecinos. Hay que tener en cuenta que los católicos son apenas un 10% del país (más numerosos al oeste, y menos al este) y aunque están presentes en todo el país Cáritas Ucrania no es grande.
Caritas Ivano-Frankivsk, en el centro de Ucrania, recolectó 750 paquetes de alimentos, 214 kits de higiene y 374 kits de detergente. Caritas Lviv (en Leópolis, la zona más católica, a 60 km de Polonia) no deja de recibir oleadas de refugiados y ofrece sobre todo, por ahora, comidas calientes y un primer alojamiento... que cada vez se alarga más, porque cruzar la frontera es cada vez más complicado.
Caritas Tarnopol ha desplegado 50 camas para desplazados. Caritas Kolomyja ofrece asistencia telefónica psicológica, necesaria para niños y madres agotados y asustados. Caritas Zaporizhia llevó mantas y botiquines básicos al campamento de refugiados del distrito de Kommunarsky.
"No dejaremos a nadie atrás", dice el director de Cáritas Ucrania
El padre Vyacheslav Grynevych, director de Cáritas Ucrania, ha difundido un mensaje en inglés mediante Caritas Internationalis. "El ocupante está destruyendo nuestras ciudades, guarderías, casas privadas... pero el agresor no puede destruir nuestra aspiración a la paz y la libertad", asegura.
Cáritas Ucrania, detalla, cuenta con 67 empleados y 120 voluntarios, "que os aseguro que continúan todos, con valentía, ayudando a la gente. Distribuimos comida, medicinas, productos a la gente, recibimos refugiados, almacenamos recursos, hacemos exámenes médicos y colocamos niños en lugares seguros. En general, en este momento estamos ayudando a 1.800 personas", añade. "Seguro que con la ayuda de Dios seguiremos sirviendo a los necesitados y no dejaremos a nadie atrás. Por favor, mantenednos en vuestras oraciones".
Polonia se vuelca: colecta especial, acogidas en casas...
Cáritas Polonia ha asignado un primer envío de 100.000 euros para Cáritas Ucrania, que probablemente empezará a desplegarse en la acogida a desplazados en Leópolis y desde allí intentará llegar a las zonas en conflicto. Cáritas Española el primer día de la guerra ya asignó 25.000 euros a Cáritas Ucrania.
Voluntarias polacas colaboran con Cáritas Polonia para preparar paquetes de comida para refugiados ucranianos.
En todas las parroquias de Polonia, desde el pasado 27 de febrero y hasta este Miércoles de Ceniza, se está realizando una colecta especial cuyos fondos serán utilizados para ayudar a los refugiados ucranianos. El 24 de febrero, al empezar la invasión rusa, el presidente de los obispos polacos, Stanislaw Gadecki, animó a todos los católicos del país a acoger refugiados y abrir “hogares, hoteles, casas de retiro y otros lugares donde se pueda ayudar a quienes lo necesiten”.
Monika Buzala, coordinadora de asistencia a los refugiados de Cáritas Cracovia explica que muchos polacos ya han llamado ofreciéndose para alojar refugiados en sus casas. "Tomamos nota de la cantidad de personas que puede alojar el solicitante, si es posible comer en este lugar o si es necesario proporcionar alimentos", explica.
El padre Marcion Izycki, director de Cáritas Polonia, explica en este vídeo cómo se moviliza la Iglesia a través de la red de Cáritas para ayudar a los refugiados y víctimas de la guerra.
"Tenemos experiencia y una dedicación sin precedentes"
El padre Marcin Izycki, director de Cáritas Polonia, pese al enorme reto de atender las multitudes, se muestra bastante satisfecho con la rápida respuesta de Cáritas. "Gracias a la experiencia que tenemos en cooperación con socios ucranianos y gracias a la dedicación sin precedentes de los polacos, podemos reaccionar rápidamente", afirma. "Nos solidarizamos con nuestro vecino del este y deseamos que se detenga la invasión rusa".
Según informa el Gobierno polaco el 1 de marzo, su país ya ha recibido 350.000 personas que huyen de la invasión rusa. Muchos se atascan en los 8 puestos de acogida y redistribución en la frontera. Cáritas en Cracovia ofrece casi 900 camas para refugiados, pero al empezar el martes sólo unas 80 estaban ocupadas. Sin embargo, el teléfono sonaba sin parar: sus ocupantes irán llegando.
La primera oleada cuenta con parientes y amigos
La ciudad fronteriza de Przemyśl es uno de los puntos de entrada de refugiados. A su estación de trena acudió el arzobispo Adam Szal para recibir refugiados y animar a los voluntarios.
El padre Pawel Konieczny, subdirector de Caritas Przemyśl, señala que la primera oleada de refugiados son ucranianos con familia y amigos en Polonia, que saben a donde van, tienen quien les acoja. "Se detienen por un corto tiempo para pasar la noche, descansar y comer", señala el sacerdote.
En esta fase, los voluntarios de Caritas Przemyśl ofrecen comidas calientes, comidas para llevar y productos de higiene.
La inmensa mayoría de refugiados son madres con niños, cada vez más agotadas, así que los voluntarios ofrecen también cuidar a los niños para que las madres descansen un rato. Muchos niños vienen desconcertados o asustados por la huida y requieren atención psicológica, algo que Cáritas Polonia ofrece en los puestos fronterizos, según explica fray Cordian Szwarc, subdirector de Cáritas Polonia.
"Es conmovedor este gran movimiento común. Hay muchas organizaciones aquí, ayudamos juntos, es una lección de solidaridad verdaderamente asombrosa", explica el hermano Cordian.
El arzobispo polaco Adam Szal, de la región fronteriza de Przemyśl, anima a la generosidad con los refugiados ucranianos.
Una vez en Polonia, el refugiado necesita muchas cosas, pero no ropa
Monika Buzala, de Cáritas Cracovia, explica que Cáritas recoge muchas cosas, pero pide que no se les lleve ropa. Es muy concreta en su lista de bienes que se necesitan y recogen en Polonia: dinero en efectivo para los refugiados, mantas, sacos de dormir, colchonetas, camas plegables, toallas, ropa de cama, material para vendajes, hilos quirúrgicos, medicamentos básicos, principalmente analgésicos, analgésicos y antipiréticos para bebés y niños pequeños, termómetros para niños, linternas, pilas, agua potable, alimentos de larga duración para lactantes y niños pequeños, ropa para lactantes y niños pequeños, pañales, productos de higiene, productos de limpieza, desodorantes, maquinillas de afeitar desechables, lápices labiales (contra el frío).
"Estamos buscando voluntarios para ayudar con el almacén y traductores de ruso, ucraniano e inglés al polaco", detalla.
La Universidad Católica Juan Pablo II de Lublin ofrece alojar a más de 100 estudiantes, además de ayuda legal, espiritual y psicológica. También los Caballeros de Malta en Polonia han abierto un programa para ayudar a los refugiados.
Para ayudar a las víctimas de la guerra en Ucrania, Cáritas Española ha abierto esta web y la cuenta Caixabank ES31 2100 5731 7502 0026 6218