El Observatorio de Intolerancia y Discriminación contra los Cristianos, con sede en Viena y dirigido por la doctora en derecho internacional Gudrun Kugler, ha presentado su primer informe. Recoge unos 130 casos de discriminación, ofensas y violencia contra cristianos en Europa y en los países cercanos de la Organización para la Seguridad y Cooperación Europea

Algunos casos afectan a miles de personas, como sucede con la Educación para la Ciudadanía en España, con 55.000 padres objetores por razones de conciencia, o a los niños cristianos de Turquía forzados a una educación islamizante.

Otros casos recogen actos puntuales de violencia. El fuego se ha usado en muchos casos: un intento de incendiar el interior de una iglesia en Viena (febrero de 2010), una parroquia greco-melquita incendiada en Bélgica (diciembre 2008), una capilla y colegio católicos en Montpellier (junio 2006), etc... Otras veces los agresores prefieren el insulto y los empujones (los matones del doctor abortista Christian Fiala contra católicos pro vida en Viena, el pasado septiembre), o la paliza pura y dura (en Fulda, Alemania, apalearon a un cura de 78 años dejándolo por muerto; en Turín, Italia, unos encapuchados golpearon a cuatro monjes en su monasterio; los monjes fueron hospitalizados). Los casos más duros son los tres ataques en Turquía en los que se asesinó a cinco cristianos.

A veces el agresor es el Estado: en el Reino Unido encarcelaron y multaron a un predicador evangélico por predicar en la calle sobre la Biblia y la homosexualidad. Y se recogen también muchos casos de difamación en los medios de comunicación, discriminación laboral y distintas formas de acoso. Se destaca, por ejemplo, el caso de un abogado austriaco que propuso clasificar a la Iglesia Católica como organización delictiva. Así, hasta 130 incidentes, entre los puntuales y las leyes que discriminan a millones.

Parece que los analistas de Viena no han seguido con mucho detalle la actualidad española: sólo recogen ocho casos. Austria y Alemania están, obviamente, mucho más estudiadas.

PROTEJAN A LAS MAYORÍAS
El Observatorio no quiere hablar de «persecución» (categoría más grave que reserva a regímenes comunistas o islámicos), sino de «intolerancia» (cuando los agresores son elementos de la sociedad civil) o «discriminación» (cuando la agresión anti-cristiana viene dada por la legalidad del país). El informe recuerda que una mayoría puede ser discriminada por una élite minoritaria, como fue el caso de los negros en la Sudáfrica del apartheid; no sólo las minorías merecen protección.

«La legislación en Europa tiene tendencia a discriminar de forma indirecta a los cristianos, criminalizando elementos básicos de la doctrina cristiana», afirma el informe. También se puntualiza que «la dimensión de la libertad religiosa implica el respeto a la autonomía de las instituciones religiosas por parte de los gobiernos».

Y también los derechos de las familias son atacados: «Los cristianos son discriminados cuando se les niega la libertad de educar a sus hijos de acuerdo con sus convicciones religiosas», señala el estudio.

Los medios de comunicación se usan para crear estereotipos negativos contra los cristianos y cita ejemplos de la BBC británica o de la película «Ángeles y Demonios». El arte se usa como excusa para agredir los sentimientos de los cristianos, muchas veces con fondos públicos, mediante publicaciones o exposiciones de sátiras groseras y de voluntad blasfema.

Aunque el estudio se centra en Europa y países de su entorno, recoge un dato de la situación en Estados Unidos: según el FBI, en 2009 los «crímenes de odio» contra los católicos aumentaron un 25% respecto al año anterior.

PROPUESTAS
El Observatorio finaliza su informe dando algunas recomendaciones a los gobiernos europeos. La primera, «modificar la legislación que discrimina a los cristianos». Después, que «reconozcan y condenen la intolerancia y la discriminación contra los cristianos y aseguren el derecho de los cristianos a participar en la vida pública». A la Unión Europea le pide «respetar, sin prejuicios, la protección de la autonomía de las Iglesias de acuerdo con el artículo 17 del Tratado de Lisboa y promover un mayor diálogo con los líderes de las Iglesias». A la Agencia europea de Derechos Fundamentales le pide priorizar «la libertad religiosa, de expresión y de conciencia». Por último, a los países de la OSCE les exige que «usen todos sus medios para trabajar contra la intolerancia hacia los cristianos» y que «alienten a los medios de comunicación a no difundir prejuicios contra éstos».