Antoine Hérouard, Vicepresidente de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (Comece), y Arzobispo de Dijon (Francia), ha ofrecido este lunes una reflexión sobre las elecciones europeas, describiendo el voto como "de descontento y contra los gobiernos de turno en muchos países". Hay que recordar que la participación estuvo en el 50% a nivel europeo, y en un 49,2% a nivel español, 11,5% puntos menos que en las últimas elecciones.
Comece ha enviado también una señal de ánimo a los representantes electos, pidiéndoles que sean conscientes de que "están al servicio de toda Europa y no sólo defendiendo unos intereses particulares". La construcción de Europa debe ser una "construcción solidaria que cree lazos entre los países miembros, pero que también sitúe a Europa de manera especial y original en su relación con los grandes países del mundo".
Insatisfacción a tener en cuenta
El de los europeos, explica Hérouard, es un llamamiento que hay que tener en cuenta, expresado con un voto crítico, que sin embargo mantiene al Partido Popular Europeo como el "grupo más numeroso del Parlamento Europeo". En definitiva, "el resultado no significa que haya que plegarse a la lógica de un cierto número de partidos definidos como de extrema derecha o populistas", pero sí "que las insatisfacciones expresadas en las elecciones deben tenerse en cuenta en el ejercicio de la mayoría que surgirá a través de la elección de los principales líderes".
Resultados del total de países al Parlamento Europeo.
Frente a un Parlamento Europeo saliente que, subraya el prelado, en los últimos años ha reflejado un proceso de "fuerte descristianización" del continente europeo, es la Iglesia la que recuerda que "las libertades individuales no son ilimitadas"; que existen "deberes de unos para con otros y para con la construcción de una sociedad y una Europa solidarias".
También que la cuestión de la emigración debe abordarse, "de manera sincera, verdadera y también con cierta apertura, porque no basta con decir que Europa no quiere más emigrantes". Lo que hemos presenciado en parte, prosiguió el arzobispo de Dijon, es en cambio la actuación de un gobierno europeo que "ha intentado definir lo que algunos han llamado nuevos derechos, pero que son más bien una cuestión de multiplicación de los derechos individuales sin tener en cuenta los elementos de solidaridad necesarios en el seno de la sociedad".
La Comece reitera que las cuestiones relacionadas con la protección de la vida, los derechos de los trabajadores, la ayuda mutua internacional y el desarrollo de los países más pobres siguen siendo los valores europeos "alentados por la Iglesia" y que tienen que ver con "la democracia, con el Estado de Derecho, con valores muy diferentes y muy amplios, a los que el Papa se ha referido a menudo en sus numerosos discursos sobre la integración europea".
Resultados en España al Parlamento Europeo.
La Europa que se necesita no es la que defiende "sólo los derechos personales de cada individuo", sino la que construye "una verdadera solidaridad entre países y entre ciudadanos", porque "el proyecto europeo es un proyecto de solidaridad de unión de comunión en cierto sentido" y esto no debe olvidarse nunca, dice la Comece.