Cinco obispos anglicanos dimitirán de la comunión anglicana y se incorporarán a la Iglesia católica acogiéndose al nuevo ordinariato creado para tal fin por el Papa Benedicto XVI.
 
Se trata de los obispos de Ebbsfleet, Andrew Burnham; de Richborough, Keith Newton, y de Fulham, John Broadhursty, y de dos ya jubilados: Edwin Barnes, que estuvo al frente de Richborough, y David Silk, ex obispo de Ballarat (Australia).
 
El anuncio oficial fue hecho este lunes en Londres por Alan Hopes, obispo auxiliar de la diócesis católica de Westminster, quien alabó la decisión de los cinco de "entrar en comunión con la Iglesia católica mediante el ordinariato para Inglaterra y Gales" que será próximamente creado.
 
"En la reunión plenaria que celebraremos la semana próxima, la conferencia episcopal de Inglaterra y Gales estudiará el establecimiento de ese ordinariato y extenderemos nuestra cálida bienvenida a quienes quieran formar parte de él", agregó el prelado católico.
 
Por su parte, el primado de la comunión anglicana, el arzobispo de Canterbury Rowan Williams, aceptó "con tristeza" la decisión y les deseó "lo mejor".
 
El abandono de la comunidad anglicana por parte de los cinco obispos se produce como consecuencia de una votación en el Sínodo General de la Iglesia Anglicana favorable a la ordenación episcopal de mujeres.
 
 
Según el diario The Daily Telegraph, los cinco obispos citados están "horrorizados" por las reformas liberales del anglicanismo.
 
Asimismo el periódico calcula que unos 500 clérigos podrían acogerse al ordinariato propuesto por la Santa Sede el próximo año, a los que podrían seguir otros.
 
La Santa Sede está creando asimismo otros ordinariatos para los anglicanos en Escocia, Estados Unidos, Australia y otros países anglófonos.