A finales de noviembre el abeto de la Ciudad Vieja de Varsovia se ilumina ante el regocijo de los que lo observan, dando por comenzado el Adviento. El 6 de Diciembre, los niños polacos recibirán la visita nocturna de Mikolaj, San Nicolás, que les deja dulces y frutas. Se abren los coloridos mercadillos repletos de artesanía navideña como las bolas de vidrio soplado que nunca faltan en un árbol polaco junto a las estrellas y ángeles colgados en las puntas del pino que se viste el 24 de Diciembre.
Y aún en algún pueblo montañero penderán velas que se encienden al brillar la primera estrella, en recuerdo a la que condujo a los Reyes Magos a Belén, momento en que se recibe la Nochebuena a la mesa familiar. Antes de nada, se reparte una oblea sin consagrar como símbolo de fraternidad, olvidando las afrentas y pelillos a la mar. E incluso se lleva la oblea a los establos para compartirla con los animales de la granja. Entretanto llaman a la puerta niños cantando villancicos a la espera del aguinaldo.
Así luce en invierno el Collegium Maius de Cracovia / Fotos: Pawel Krzan
La mesa se viste con sus mejores galas, copas de cristal, cubiertos de la abuela y un mantel blanco bajo el cual se coloca paja en honor al pesebre donde nació Jesús. Se pone un cubierto más para el caminante errante o como símbolo de los seres queridos que ya no están.
Doce platillos se irán degustando, el número de los apóstoles. Ninguno con carne, es día de vigilia. Las sopas, de remolacha o de setas, saldrán las primeras, secundadas por la carpa que ha estado nadando en la bañera hasta esa noche y protagoniza la cena. Arenques, gelatinas, col fermentada se sucederán a lo largo de la noche regados con compota de frutas para una buena digestión.
La barszcz, la sopa de remolacha, es muy tradicional en la Navidad polaca
El postre por excelencia es el rollo dulce Makowiec relleno de semillas de amapola. Entre plato y plato se cantan los preciosos villancicos Koledy que datan del siglo XV y fueron introducidos por la orden franciscana. El preferido de Juan Pablo II era Mi pequeño, pequeño Oj, malúski, malúski que él mismo entonaba con emoción. Se cuentan historias, se recuerda a los que faltan y se abren los regalos que, dependiendo de la región, han traído Papa Noel, Gwiazdor (el Dueño de las Estrellas), el Ángel o el Niño Jesús. Antes de la medianoche, en trineo si es en las montañas, se acude a la Pasterka (Misa de Gallo) donde culmina la velada cantando y rezando por un año benefactor.
El 25 se hacen huevos rellenos, se termina lo que ha sobrado de la noche anterior y se reciben visitas. Mientras que el 6 de Enero está destinado a disfrazarse de forma insólita, cabra, oso, diablo o muerte y llamar a la puerta de los vecinos que tienen que corresponder a tan curiosa visita con viandas y copitas de vodka o licor como buen augurio para el año que entra.
Esculturas de hielo que se suelen ver en la Navidad en Poznan
Eligiendo un Mercadillo
Volviendo a los mercadillos navideños, no hay una ciudad o pueblo polaco que no monte el suyo. Tienen en común aromas a asados, vino caliente, y piernik, las galletas de jengibre que se hornean en cada casa por Navidad. Este año cabe mencionar el mercadillo de Poznan por merecer el tercer puesto en Best Christmas Destinations como idóneo para visitarlo en navidad 2021, a la par que se disfruta de su gélido Festival Internacional de Esculturas de Hielo en la Plaza del Mercado.
Mercado navideño de Poznan, uno de los mejores del mundo
Varsovia se vuelca en luces y motivos escogidos por la Ruta Real y en la Ciudad Vieja que se convierten en un auténtico cuento navideño. El complemento nocturno del recorrido varsoviano es el despliegue lumínico en el Palacio de Wilanów. El Mercadillo de Cracovia tiene como enclave la Plaza de los Paños y allí se celebra puntualmente el primer jueves de Diciembre desde su primera edición en 1937 el concurso de belenes de arquitectura cracoviana en el que participan niños y adultos. Muchos de ellos bajan de los Tatra a traer su obra de arte en la que han trabajado meses.
Concurso de belenes típicos de Cracovia
Esas montañas por donde su hijo predilecto, oriundo de Wadovice, Karol Wojtyla –San Juan Pablo II-, caminaba, escalaba, y adoraba. No es difícil al andar por ellas encontrar a aquella campesina a la que el Papa ayudó a recoger agua en su cubo, o aquellos que aún recuerdan sus caminatas cuando Karol Wojtyla estudiaba en la universidad Jaguellónica de Cracovia y en sus ratos libres hacía teatro, o se escapaba a la pastelería para comprar su postre preferido, la milhojas Kremówka.
La Navidad se da por finalizada en Polonia el 2 de Febrero, día de la Virgen de la Candelaria, tras bendecir en la iglesia las candelas que se llevarán a casa como protección para incendios, tormentas y demonios.