A lo largo de este 12 de febrero, partirá el convoy de ayuda humanitaria con destino Ucrania organizado por la Fundación Madrina para rescatar a 450 familias, mujeres y niños que sufren las consecuencias de la guerra.
El Convoy humanitario estará compuesto por 4 vehículos, 3 autocares, una furgoneta y un camión de gran tonelaje, que llevará 14 toneladas entre alimentación especialmente infantil, leche maternizada, forros polares, ropa de trabajo y diverso material de abrigo.
En conversación con Religión en Libertad, el presidente de la Fundación, Conrado Giménez, explicó que los accesos al país se encuentran en gran medida bloqueados por la situación, de modo que no son muchos quienes se atreven a llevar a cabo labores humanitarias como la que emprende hoy Fundación Madrina.
Por ello la labor de la Fundación consistirá literalmente en "rescatar" al mayor número de personas posibles, especialmente mujeres embarazadas que tienen que dar a luz en los sótanos de los hospitales sin poder salir debido a los cercanos bombardeos.
Mientras comienza tres días de trayecto ininterrumpido hacia Ucrania, Conrado Giménez explica que ya son 1000 niños y 700 las familias apuntadas para acoger. "La gente se está volcando con las donaciones", comenta.
En una última declaración sobre las necesidades concretas de los refugiados y supervivientes con los que tendrán contacto, Giménez destaca la morfina como una de las principales necesidades.
La influencer ucraniana Marianna Podgurskaya es una de las mujeres a las que podrá ayudar el convoy de Fundación Madrina, tras su parto en condiciones extremas y pleno bombardeo el pasado jueves.
No son pocas las mujeres a las que "se les corta el pecho" y la lactancia, quedando impedidas para alimentar de forma natural a sus hijos, que empiezan a necesitar abundantes cantidades de "leche maternizada". La Fundación también tratará de proveer a las madres y niños de pañales, ropa de abrigo y forros polares o ropa interior de invierno. Incluirán en sus provisiones material hospitalario y quirúrgico para hacer frente al desabastecimiento sanitario.
En este sentido, los principales problemas que la Fundación espera poder ayudar a evitar a mujeres y niños son, además de la malnutrición, el incremento de la mortalidad y la marginalidad, que conlleva en muchos casos el incremento de la prostitución y la trata de mujeres y niños, grandes víctimas de las mafias.
Giménez, que estima que el viaje durará 6 días en total y que estarán de vuelta el próximo viernes con las madres y niños refugiados, hace un llamamiento a la solidaridad de los españoles con estas "víctimas" de la guerra.
Nada más llegar a Ucrania, Giménez explica que tendrán que hacer el trasvase de aprovisionamientos, que será entregado por voluntarios civiles y militares. Un momento que será de especial tensión por los continuos bombardeos que se dan incluso en zonas fronterizas y por las que, según informa, las diversas ONG se encuentran bloqueadas en su actividad.
Llamamiento a la solidaridad con las víctimas
Para ello, explica que en casos como este los costes de alimentos y provisiones suelen ser más reducidos en los propios países de origen de los refugiados que en sus futuros destinos, como es el caso de España, donde serán reubicados con unas condiciones u otras, en función de la edad o de los tutores legales de los menores. En este sentido, la Fundación Madrina pone a disposición de los interesados sus medidas habituales de colaboración, como es el bizum 00909 o los donativos que se pueden enviar a través de este enlace para la adquisición de alimentos.
Tras su regreso a Madrid, Madrina coordinará la reubicación temporal de los refugiados en colaboración con las autoridades de los pueblos, comunidades y Estado. En un primer momento la Fundación ofrecerá vivienda, acompañamiento social, legal y sanitario y alimentación a los refugiados, sin embargo, llama especialmente a la "solidaridad de todos los corazones generosos" de familias portuguesas y españolas para acoger en sus hogares a estos refugiados.
De hecho, frente al contingente habilitado por el Estado para acoger a 6.000 refugiados, los cálculos de la Fundación Madrina elevan la capacidad española de acogida a los 100.000 ucranianos. La organización explica que para ello es fundamental su distribución en áreas desaprovechadas actualmente como "la España vaciada" así como un incremento en la inversión de transporte, energía, salud y educación.