La polvareda que ha levantado Rowan Williams con sus declaraciones al Time de este sábado va a tardar en despejarse. El primado anglicano afirmó que no tenía ninguna objeción a la ordenación de obispos homosexuales siempre que no ejerciten su tendencia, dada la tradición de la Iglesia de Inglaterra de que sus prelados sean célibes.

Sus palabras («OK a los obispos gay, siempre que no practiquen sexo») no han calmado el cisma en el que vive al respecto dicha confesión religiosa.

Los más radicales le han acusado de incoherente, dado que él mismo bloqueó el nombramiento como obispo de Jeffrey John, un clérigo homosexual no practicante. «No sé cómo Rowan Williams puede conciliar el sueño», censuró Peter Tatchell, activista en favor de la consagración de obispos homosexuales.

Pero tampoco ha gustado en los medios más conservadores, sobre todo su falta de concreción. Damian Thompson, analista religioso del Daily Telegraph, gran rival del Time, lamenta que Williams recurriese a una palabra propia de concursos de televisión para evadir una pregunta muy directa: «¿Cree que algún día los obispos gay tendrán pareja?». «Paso», respondió, dejando la cuestión en el aire, y sobre todo dejando en el aire su propia posición.

Thompson, que califica de «desastrosa» la entrevista y titula su artículo diciendo que la autoridad de Williams «se convierte en humo» tras ella, hace una comparación muy sencilla: «Es inconcebible que Benedicto XVI ofreciese una respuesta de concurso, Paso, en una cuestión sobre moral sexual».