El Papa Francisco ha pedido orar por la paz en Ucrania. María Mayo, una religiosa dominica que trabaja con niños en Kiev, explica el contexto en el que trabajan las religiosas mientras aumenta la retórica militarista entre los políticos.
«Muchas gracias por las oraciones, son muy necesarias. Aquí [en Kiev] vivimos con normalidad. Llevamos 8 años de guerra en el este del país y vivimos con tranquilidad este momento de tensión», ha declarado en Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), institución que trabaja en el país desde hace 4 décadas. Ucrania es el segundo país más ayudado por ACN, especialmente apoyando seminarios y recuperando edificios tras la dictadura comunista.
En Kiev las dominicas atienden la Casa de los Niños (Dim Ditey), para niños pobres. María Mayo lleva 10 años en Ucrania. Antes vivió en países africanos, también con experiencias de guerra. La casa de Dim Ditey ha recibido también apoyo de ACN para la reparación del tejado y más recientemente para la atención sanitaria de los niños frente al Covid-19.
Dominicas de Kiev en su casa para niños necesitados - la Hna.María Mayo, a la derecha con jersey oscuro
De cada 10 ucranianos, 7 declaran ser cristianos ortodoxos, mientras que los católicos son un 10% del país. La mayoría de los católicos (unos 5 millones) son de rito bizantino: es la mayor comunidad católica de rito oriental. Otros 500.000 ucranianos son de rito latino.
Magda Kaczmarek, responsable de proyectos de ACN en Ucrania ve con positividad la llamada del Papa a rezar de nuevo por Ucrania: «Queremos seguir también la llamada de los obispos ucranianos. Nuestros hermanos y hermanas siempre rezan por nosotros y ahora necesitan que les devolvamos este gran regalo».
La guerra que se desarrolla con lentitud y erosión paulatina desde hace 8 años en el este de Ucrania con los separatistas prorrusos del Donbás ha dejado ya más de 10.000 muertos y 1,6 millones de desplazados. Todo este tiempo se ha intentado evitar una escalada a peor.
La Iglesia ha intentado ayudar a los desplazados, y también a los más pobres y desvalidos que quedan en la zona golpeada por la violencia y la incertidumbre.
María Mayo, desde Kiev, cita lo que dice Jesús: "cada día tiene su afán, hay que vivir el hoy con tranquilidad. Nuestra fundadora también nos decía que “hay que vivir con calma y cada uno es necesario en el sitio y el momento en el que se encuentra”". Anima a "vivir las situaciones que nos toquen en paz y no vivirlas antes de tiempo, aquí seguiremos siempre al servicio de los más necesitados".
También ha sido entrevistada en Cope (audio aquí en SoundCloud).
El cardenal Cañizares reza por la paz con la comunidad ucraniana de Valencia (foto de Alberto Sáiz, agencia Avan)
Los ucranianos en España rezan
Se calcula que en España puede haber hasta 100.000 ucranianos de tradición católica. Muchas diócesis apoyan a los católicos ucranianos cediendo espacios y facilitando la misa en ucraniano o la divina liturgia por el rito bizantino.
La diócesis de Málaga ha difundido el encuentro de oración del pasado 26 de enero de los greco-católicos de la ciudad, en la parroquia de Santa Rosa de Lima. Su pastor es el sacerdote Roman Hamratsey, que lleva 14 años en Málaga. Como muchos otros sacerdotes de rito oriental, está casado. Tienen dos hijos. Los católicos de rito bizantino pueden ordenar sacerdotes a hombres casados (lo que no hacen, ni ellos ni los ortodoxos, es casar a sacerdotes). Unos 200 europeos del Este acuden a los servicios de rito bizantino en Málaga.
"Estamos muy preocupados, están muriendo muchos jóvenes, y rezamos todos los días, con toda la comunidad ucraniana", afirma el padre Roman. «Algunos miembros de la comunidad tienen a sus familiares en la guerra. Damos gracias al papa Francisco por la iniciativa de que todos recemos por la paz en Ucrania».
En Valencia, los ucranianos católicos celebran misa cada domingo en el convento de la Trinidad. El pasado miércoles, sin embargo, acudieron a rezar por la paz a la parroquia del Pilar, acompañados por el cardenal Antonio Cañizares y su capellán, el padre Vasyl Boyko.