1161. Durante mi tiempo de descanso. "La única finalidad que tiene la Tierra es la de ganar el Cielo para sí y para los otros. Pero, ¿cuál es la finalidad del Cielo mismo? Es la celebración de las Bodas. "Bodas maravillosas, Festín del Esposo, Festín de la esposa. ¿No crees que para tales Bodas y en tal Lugar tendrás que aparecer digna de tu Señor, sin nada de los harapos del pasado, sino toda adornada con una vestidura que el Esposo mismo puso a tu disposición: la vestidura de Sus Virtudes y de Sus Méritos?" Abandona ya desde ahora todo lo que sea manchado y no del todo puro. Elévate en Mí. Piensa en la cercanía del día feliz de la Boda. Y no te imagines nada sobre él, porque Yo Soy quien lo está preparando para nosotros dos, así como también para todas las demás almas. Yo seré la respuesta.

"Sé Mi encanto desde ahora. Que nada falte en tus preparativos, Mi bienamada. Trata
continuamente de agradarme, sabiendo que Yo te habré de colmar como no lo fue nunca ninguna otra esposa. Espera de Mí las alegrías más dulces que no alcanzarás a imaginar. 'Ni el ojo vió, ni el oído oyó...'
"El Cielo son tus Bodas. Y eso es todo."

1162. En Bel-Air, sola. "Un instrumento. Sí. Con frecuencia te llamo de este modo. Hay
instrumentos de música. Y, ¿no es una música suave ese canto interior que sube desde Mis
Palabras?"