1363. 30 de marzo de 1944, en Le Fresne.
Con facilidad Me das las gracias por los favores temporales, más bien que por los favores espirituales. Pero Soy siempre Yo el Autor de los favores. Y los espirituales valen más. Es como si Yo invitara a Mi Casa a una amiga íntima para dedicarle las más delicadas atenciones y revelarle Mis Secretos.
A ti te gustan las expansiones en el seno de una fiel amistad; Yo, aun siendo Dios, tengo los
mismos gustos. Reposa en Mí de cuándo en cuando. Tu reposo será Mi fiesta; te tendré bien
apretada en la brevedad de esa hora.
Entonces yo Le dije: Amor mío, que cada día que pasa sea para Ti un día de fiesta.
Me contestó: Permanece conmigo, como San Juan Bautista, que no necesitaba nada, no se inquietaba por nada y pensaba solamente en Mi Reino. Yo era su pensamiento único; Yo, la Gloria de Dios, el Reino de Dios. Imita su pureza de intención, la pureza de su vida, su amor único. Se lo he pagado bien en el Cielo, pues Yo sé pagar y sé pagar porque sé amar. Dime que estás cierta de ello.
Pídeme Mi Ciencia y trata de amar más, con Mi ayuda. Sobre todo, no te canses. La vida espiritual es un continuo volver a empezar porque vuestro espíritu es cosa pequeña, que nada puede sin Mi Auxilio, ¿Me lo pedirás con frecuencia para que Yo te lo dé? Me gusta dar. Abre tu corazón, cuan ancho es; tu Amigo está a la puerta...
Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.