1224. 11 de marzo de 1942. "A veces te sucede que quieres presentarte a los otros bajo un
aspecto favorable y con gusto te arreglas. Pero ante Mí eres lo que eres y no hay modo de
ocultarme la verdad. Reconoce que te es dulce saber que no hay nadie fuera de Mí que pueda
mirarte con esa Mirada de verdad. Lejos de huir de Mí, muéstrame tu miseria con sentimientos de contrición. Busca Mi Ternura y ejercita la tuya. Soy el único que te conoce, hija Mía. Regocíjate en la intimidad de tu Dios. ¿Podrías soñar en algo más alto? La vida se te dio para que Me amaras, ¿encuentras tú en ello tu dicha? ¿No te consuela esto de todo lo demás? Amarme! ¡Cuando Me veas...!"
1225. 22 de marzo. Después de la comunión. "Me has pedido torrentes incesantes de Fe, de
Esperanza y de Caridad; pero es preciso que ejercites con frecuencia esas virtudes. Di: 'Creo en Ti, Mi Amor querido; creo en Ti, Amor poderoso; te amo, Amor infinito y amo al prójimo par amor a Ti. Tú lo eres todo para mí y yo soy toda tuya'."
1226. 24 de marzo. San Gabriel. "Sé como tu santo patrón, anunciadora de buenas noticias y
portadora de alegría. A veces es fácil dar un poco de alegría a los demás: a un enfermo, a un
moribundo, a un alma inquieta.
"Haz eso en Mi Nombre como si esa alegría fuera a aumentar la Mía, y no pongas tu
atención en ti misma.
"Hazlo todo por Mí y con eso saltarás sobre las barreras del amor propio o de la timidez. Camina derecho por el camino del amor, con sencillez. No te preocupes ni de las personas ni de las cosas; pon tu mirada en la Mía. Y si consigues hacer algún bien, dame las gracias como de un favor recibido de Mí. ¿No eres feliz cuando Yo obro por tu medio? Pues, dame las gracias de que tanto te mimo, tanto te oigo, de que incluso Me adelanto a tus deseos.
"¿Te gusta que se te den las gracias? Pues a Mí también. Es la delicadeza del corazón. La ves en Mí siendo como todo Yo. Y la vuestra Me encanta cuando Me la ofrecéis; Me apodero de ella y es como un vínculo de amor. Yo no Soy nunca quien se retira primero; entonces, permanece apegada a Mí. Es nuestro Cielo de la Tierra; ese Cielo que tú eres libre para querer o no querer.
¡Libre! Pero, ¿no quieres encadenar tu querida libertad con Mis dos Manos?"