1091. 29 de marzo. Después de la comunión, oraba yo por la paz.  El: Comprende que si Yo
permito que haya guerras es porque muchas almas se acercan mejor a Mí en la guerra que en la seguridad. Olvidan los placeres mundanos, oran más y se convierten.

1092. 2 de abril. El desprecio no debe dirigirse nunca contra el pecador, sino solamente contra el pecado.

1093. 4 de abril de 1941. No te inquietes nunca por la opinión de los otros. Vive para Mi. Por
fuera y en lo interior. Ve si en ti todo es Mío, o ¿tienes algunas reservas? Defiéndete de
ti misma. Llámame.
La noche del Viernes Santo de 1941, vi en sueños a la Santísima Madre de Dios vestida de azul y sentada en un trono de oro con su Divino Hijo sentado en sus rodillas. La aparición
planeaba a la izquierda y por encima de la Gruta de Lourdes. En ella no había más que la estatua, mientras que en mi visión eran dos seres vivientes. La Virgen hablaba con una mujer vestida de blanco, pero yo no oía su conversación. Alguien me dijo:  Esta mujer es Francia. No apartaba los ojos de la Virgen. Conforme la visión se alejaba y se desvanecía, sentí tal pena, que mis propios gritos me despertaron. Entonces comprendí el significado de una palabra del padre Lamy, cuando dijo: No vengas a verme, mi Santa Madre; porque es demasiado doloroso verte partir.

1094. Nantes. Martes Santo de 1941. Pongamos madera en su pan.  ¿Entiendes esta palabra del profeta Jeremías? ¿Comprendes que preparaba Mi Cruz, mientras Yo celebraba Mi primera Eucaristía?

Humildad. Cuando tú Me das en tu corazón un pequeño acto, lo purificas
grandemente. Y recuerda que mientras más abajo te sientes, tanto más alto te veo
Yo.