418. 7 de abril. En el tren de París a Grenoble. Unos esposos jóvenes conversaban cariñosamente en el carro restaurante. El: "¡Ojalá Me hablaras con la misma alegría! Es algo tan bueno y tan sencillo,
"Las Gracias concedidas a otros santos, como Santa Teresa, no han agotado Mis Recursos; estoy siempre pronto a darlas y todavía más grandes."
Veynes, en el tren. Yo me excusaba de la cortedad de mis pensamientos y de mis pobres voluntades. Me dijo "Pero, si no eres más que una niña."
Ante los Alpes altísimos, cubiertos de nieve allá arriba y llenos abajo de rosados duraznos, adoraba yo la Fuerza y la Dulzura. Lo invitaba a descender a estas regiones salvajes y para que el hielo no enfriara Sus Pies, ponía yo como un tapete de arma. Me dijo. "Que tu vida se consagre de ahora en adelante a encantarme y verás cómo se transforma. Agradarme. Vivir para mí. Este es el verdadero sentido del ser."
419. 10 de abril. Arvieux. "En el Purgatorio será el reino de la Justicia; pero mientras estás sobre la Tierra, vives bajo el signo de la Misericordia. Aprovéchala."
420. 12 de abril. En Marsella, a bordo del U.S.O. contemplaba yo toda la actividad que había para la partida del barco. Jesus me dijo: "Lo que Yo contemplo son los movimientos de amor de Mis fieles sobre la Tierra."