1338. 15 de octubre. Iglesia de Ingrandes.

"No pierdas un minuto, hija Mía. Es poco el tiempo para salvar tantas almas. Y no creas que la salvación se obtiene solamente con oraciones: todo sirve, aun las más ordinarias acciones de la vida de todos los días, cuándo la vida se vive para Dios.
Ofrécemelo todo, unido a Mi Vida terrestre. Reviste con esa riqueza a los pobrecitos pecadores, los más de ellos ignorantes. Preocúpate de ellos, tú que tanto has recibido. Pagarás con ello a la Justicia y Me darás consuelo. Ofréceme todas las cruces de la Tierra, tan numerosas en este momento; casi nadie piensa en ofrecérmelas como expiación por los pecados. Tú, que sabes de esto, ayuda para que nada se pierda. Dame almas. Tengo Sed."

"Señor, yo quisiera morir por la salvación de las almas."

"Así imitarás a tu Esposo. Aseméjate a Mí cuanto puedas. Pregúntate si haces esto o aquello como Yo lo haría. Eso te engrandecerá y te acercará a Mí. Cuando vivíamos sobre la Tierra, Mi Madre y Yo no teníamos sino un solo Corazón entre los dos. Trata de que así sea también contigo. Y entrégate a los otros hasta el límite de tus fuerzas, como lo hacía Yo.

¡Mi Vida Pública! Apretado en medio de tas multitudes, rara vez encontraba Yo amor; lo más frecuente era el interés. Me buscaban por egoísmo. Pero Yo los recibía a todos con cariño. Imítame. No regatees ni te quejes. Ve adelante siempre con alegría, porque todo eso es por Mí y esto es un supremo motivo de alegría. Más bien dicho, el único.

Claro está que tú no puedes tener de manera continua este pensamiento; pero por la mañana dime: ‘Amor mío, que todo sea para Ti'. Y de tiempo en tiempo, durante el día, un pequeño. 'Es por Ti', que calentará tu corazón y apaciguará el Mío."

 Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en  numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.