1455. 3 de agosto. Iglesia de Fresne.
Yo Le decía: Señor, quizás podrías hacer esto o aquello.
El, como sonriente, me dijo: ¿Crees que Yo necesito que Me insinúen las delicadezas? ¿Crees
que ande Yo corto en invenciones de Amor? Lo único indispensable es que Me muestres siempre tu pobreza y Me manifiestes tus necesidades. Yo Me llegaré a ti con una Riqueza tanto más grande cuanto más te haya dado. Pero los medios, la forma, la manera, todo ese trabajo delicado de afinamiento, déjalo al arbitrio de Mi Amor.
¿Sabes tú que cada alma tiene una manera especial de ser conquistada? Lo mismo que tiene también una manera suya de rehusarme una vez, o dos, o más; lo cual llena de amargura Mi Corazón hambriento.
Yo Soy el Pescador de perlas. ¡Cómo se ven en Mi Mano, vivientes y nacaradas! ¡Y qué cuidados debo tomar para que no se caigan y ensucien en el lodo! Y luego son Mi Corona de Gloria.
Yo: Señor, como querría procurarte la Gloria que se dice en las palabras del Salmo: 'Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos'. ¿Cómo es posible que nuestra santidad pueda honrarte?
El: Porque no hay santidad sin amor y el amor de la creatura es el triunfo del Amor del Creador.
¿No has pensado nunca que mientras más amas, más cerca estás de Mí? ¡Oh! Reanima tus
deseos de alcanzarme... aun a costa de la vida. Considera la Tierra como nada en sí; como un
simple medio de pagar el encuentro en el secreto de nuestra Morada. Ella te espera y Yo te
espero en Ella.
Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.