1082. 26 de febrero, aniversario de mi nacimiento. Yo Le consagraba las primeras horas de mi vida y le pedía que me llenara de amor la última hora. El: "Recuerda que la muerte es como la vida. Si en estos momentos en que vives, tu corazón está lleno de Mí y por Mí; si te devora el celo por Mi Reino; si tienes sed de Mi Gloria, la muerte te encontrará así ,y pasarás la frontera con el pensamiento puesto en el Amor.
Ningún padre, ningún esposo, abandona la cabecera del ser querido; entonces, Yo que
tanto amo a Mis creaturas, no puedo estar lejos de ellas cuando salen de este Mundo. El paso mismo no es largo: simplemente se deja el mundo de acá abajo y se entra en el otro. Es éste el verdadero nacimiento, pues se entra en una vida que no pasa. Y la Vida, Soy Yo."
Hazme vivir ya desde ahora, Señor, como voy a vivir allá Arriba; me refiero a los sentimientos de mi alma.
Yo viví para que vosotros viviérais de MI vida. Pon la tuya siempre en la Mía. No hagas nada para ti, sino todo para Mí.
Alégrate cuando te sientas incomprendida o desconocida; pues eso mismo Me pasó a Mí.
Y cuando te encuentres sola, únete a Mis cuarenta días de soledad. Me harás feliz. Yo, que viví siempre para vosotros, estoy contento cuando un alma pequeñita vive para Mí, de tiempo en tiempo de modo total.
“Señor, quiero unirme a todas Tus Acciones, con todas las mías, para que estemos siempre
juntos."
El: Considera como trabajaba Yo y cómo Me atareaba en Mi vida terrestre. Trabajaba
para Mi Padre y por la salvación de los hombres Mis hermanos; y trabajaba también aplicándome a la perfección de Mi Trabajo. Si tú haces lo mismo en todo momento de tu vida, entrarás de lleno en el Corazón de tu Amado y lo llenarás de dulce consuelo. ¡Pequeña alma tiernamente amada!
Yo: Sí, mi Señor, yo quiero servirte de consuelo durante todo lo que me resta de vida. El: Yo no había, por delicadeza, empleado la palabra 'servir'. Lo que te pido es simplemente que Me ames por encima de todo y de todos."