1187. 20 de noviembre, en Le Fresne. "Vengo a platicar contigo, hostia amada. "Tú sabes bien que Yo amo la simplicidad. Entra... Húndete en Mí, pierde de vista las cosas de la Tierra, las más grandes de las cuales no son nada. Tu mansión está en el Más Allá.
Los grandes árboles deben enraizar profundamente en la tierra, pero sus copas se balancean en el aire y los pajaritos, como pensamientos alados, encuentran en las ramas su reposo. ¡Que tu reposo sea Yo! Y que Mi Reposo sea tu corazón.
"Mi pobrecita pequeña, tan frágil, mírate. ¿Qué es lo que eres? ¿Y porqué te he abrumado con
este peso de Amor? Es la necesidad en que ardo. Ten sed de abandonarte a tu gran Amigo, entra en Mí todos los instantes y no vuelvas a salir más. Di para ti misma: 'estoy en Dios, respiro en Dios, me muevo en el interior de Dios'. Como un pececito pequeño perdido en las aguas profundas, y teniendo, además, a todo un Dios, en ti, que te impregna de Sí. ¿Puede concebirse una intimidad mayor?
"No endurezcas tu voluntad. Deja que Mi Alegría haga la tuya. ¡Es tan simple cosa la vida
de un cristiano entre los Brazos de Cristo! "Aspira. Tómame en ti y hazte rica de Mí. Nada temas.
Preséntate al Padre y ríndele el triple homenaje de la adoración, la reparación y el
agradecimiento.
"Dime: 'Amor, agótame y fortifícame, quémame y refréscame. Glorifícate en mi miseria'. Y luego piensa en la Iglesia que batalla aquí en la Tierra y en la que se purifica allá en el Purga-torio. Una y otra son esperadas en el Cielo, ayúdalas. Y por lo que mira al Amor ya ves que todas Mis Palabras Lo respiran y son dictadas por El. Habría que escribirlas con fuego, y aún no sería bastante. Dame el nombre de 'tu divina Hoguera'. Me gustaría emplear palabras todavía más fuertes, pero os sobrecogerían... Los hombres ponen siempre una gran distancia entre el Creador y la creatura, mientras que Yo tiendo siempre a la más amorosa intimidad. Trata de comprenderlo. Ama como Yo quiero ser amado, en todos los instantes de vuestra vida, que es tan corta. Yo Soy tu Vida. ¿Lo entiendes, Gabriela? ¡Tu Vida!"