1054. 16 de enero. Hora Santa, en San Pedro. "Hay que orar conmigo. Yo les decía a Mis
discípulos: 'No habéis podido velar conmigo una hora? ¡Vigilad y orad!' A ti te digo también esas mismas palabras. Es natural que los hermanos se ayuden mutuamente y Yo Soy tu Hermano. Yo llevo en Mí el fardo de todo el Mundo y, a veces, siento como si fuera a sucumbir bajo el peso. Mi Gabriela, ayúdame. "Ayúdame orando y amando; es mucho lo que puede hacer el amor en un corazón sensible, tan extraordinariamente sensible como el Mío. "Y si se te pregunta qué haces en este momento y tú puedes responder que estás ocupada en amar a tu Dios, el Cielo y la Tierra podrían detenerse, y eso no tendría la menor importancia ante el caso de un alma que se esfuerza por agradarme.
"Ámame según todas las maneras que hay de amar. Con el amor que repara, con el amor que
consuela; con el que agradece, con el que glorifica; con el amor que quiere obtener algo para
darme gusto y con el amor que, simplemente, ama por amar.
Esto es lo que hacen, Allá arriba, todos los santos. El tema inagotable es Mi Pasión, que
incesantemente se renueva. Toma todos esos conciertos de alabanza y todos esos transportes de amor y ofrécemelos en el Jardín de la Agonía, para ocultarme los asaltos del Infierno".
"Y en seguida toma Mis Sufrimientos como un ramillete y ofrécelos al Padre para salvar un alma la que El quiera escoger. Así se atenúa Mi Sufrimiento en las tinieblas del Jardín de los Olivos, y Mi Dolor se aplica a vuestra Redención, Mis hijos pequeños, tan amados.
Ora por todos los tiempos, por todos los pueblos, por todos los pecadores: Mi Sudor de Sangre es de infinita riqueza. De que podrías tener miedo? Derrama sin temor esa Sangre, como Vida engendradora de Vida. Hijita Mía, tan insignificante y miserable, ayuda a tu gran Hermano."
1055. 16 de enero. En la cuarta Estación del Via Crucis. "Contempla al Amor en este encuentro con Mi Madre; pídeme encontrarme con un amor así de grande en todas las acciones de tu vida.”
Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.