1412. 7 de diciembre.
No temas entrar; la puerta está abierta. Tú Me dices una pequeña palabrita tierna y simple, Me miras, Me sonríes y vuelves a tus ocupaciones sabiendo que Me llevas contigo a dondequiera que vas, dispuesta a ofrecerme en el camino algún pequeño sacrificio del que Yo
estaré orgulloso como de un regalo muy caro.
Piensa más seguido en el Cielo. ¿Qué son todas las artes que aquí en la Tierra te encantan en
comparación del Más Allá? ¡Cómo os espero a todos! He preparado muy bien la Fiesta; tu lugar te espera. Trata de comprender Mi Impaciencia por recibir a los convidados para gozar de su sorpresa y su encantamiento. Yo, el Cristo, pagué por todo esto.
Y pagué bien caro por vuestra felicidad. Y sin embargo, Me parece que fuerais vosotros los que Me la ofrecéis, hasta tal punto vuestro gozo es Mi gozo, pequeños Míos.
Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.