1497. 7 de febrero de 1946.
Yo deseo tan ardientemente contar con el pensamiento continuo de vuestros corazones, que durante Mi Vida mortal sufrí todas las formas de penas o de glorias con tal de atraérmelo. Si abrís el Evangelio tenéis a la mano de dónde escoger: Mis Milagros, Mi Piedad por los pecadores; Mis Austeridades, Mi Llamamiento a los escogidos, Mis Silencios, Mis Plegarias, Mis luchas con Mis adversarios, Mi Firmeza y Mi Constancia, Mi Celo por el servicio del Padre, Mi Caridad para con los hombres Mis hermanos, Mi Preocupación por salvarlos.
Y luego, Mis Angustias de Ghethsemaní por tantos ingratos, por tantos que se iban a perder para siempre, cuando Yo iba a verter por ellos hasta la última gota de Mi Sangre.. .
Tomad por la mañana una página de Mi Vida y encerradla en la memoria; que os haga compañía durante la jornada, inspirándoos el amor fiel, la imitación de Mis Virtudes; de manera que cada uno sea otro Cristo, pues éste es el único objetivo de la intimidad. Tiende a ello. Será la plenitud. Y será entonces cuando Yo diga con absoluta verdad 'Mi Gabriela' y tú Me dirás con entera plenitud 'mi Señor'.
Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.