867. 10 de abril de 1940. Le Fresne. En el jardín, sentada sobre el brocal del pozo, oraba yo por el regreso de un pecador y decía: "Señor, recuerda que fue sentado al borde de un pozo como convertiste a la samaritana. El: "Sí, pero tuve que esperarla." Con esto me hizo comprender que en ocasiones es preciso orar durante largo tiempo.
868. 2 de abril de 1940. Visita al Santísimo Sacramento. Yo decía: ¡Si supiera al menos que Te amo!
Pero qué amor tan curioso ése que se da a un ser que no se ve... El contestó: "Es precisamente éste el amor que Me gusta. ¿Qué mérito habría en amarme después de haberme visto? Esta es una prueba por la que tenéis que pasar. Superadla como vencedores."
869. 2 de abril. Yo lamentaba la lentitud de mis progresos. El, con un tono que me dio
ánimo, me dijo: "Yo creía que debíamos ser una mujer nueva..." Y luego, antes de que llegara mi tiempo de descanso, me dijo: "Detente. Detente. Sé fiel. De otro modo, ¿cómo podría Yo
hablarte? Hazlo todo por Mí y conmigo. Aún esas canciones que cantas. Yo Me pondría celoso del aire, si es al aire a quien las cantas. ¡Si supieras cómo es el Amor de Dios y Quién es el que te lo pide!"
Antes de recibir a unos huéspedes. "Que todo esté en orden, gracioso y atractivo. Recuerda
que Yo Soy el Amo de la casa. El Esposo se siente feliz cuando la esposa le hace honor.
Y se Me puede honrar de muchísimas maneras."