1158. lo de octubre. En el campo. El: "Si la unión entre un alma y Yo comienza sobre la Tierra,
¿cómo podría ser que Yo la interrumpiera cuando el alma sale del cuerpo? “Señor, ¿es que solo en ese momento podremos comprender Tu Amor? El: "Sí, solamente en ese momento podréis comenzar a comprender lo que es Mi Amor, pero para continuar en la Eternidad." “Yo quisiera ser presa de Tu Presencia y ser como aniquilada, como en el momento de la muerte." "Ofréceme este deseo de no ver nada sino a Mí en todas las cosas. Me adornaré con él como con un regalo tuyo.
Que nada cuente para ti fuera de Mi pena o de Mi buen placer.
"Sacrifícate delante de Mí hasta el punto de ni siquiera ver tu sacrificio. Que todo te sea simple en el sufrimiento, pues es por Mi. Yo sufrí por ti. Y ¿qué es la vida cuando se tiene la Eternidad? Una vez Me decías, ¿lo recuerdas?: ‘La Eternidad es como si a cada momento se acabara de llegar y la Tierra no es sino un sueño lejano que duró un minuto.' Piensa en ello con frecuencia para que cobres ánimo; y si algo sufres, que nunca sea fuera de Mi Amor. Que sea como una lengua nueva en la que Me digas que Me amas y que eres el incienso que arde ante Mi Rostro, con un deseo extremo de serme agradable, a Mí, tu Amigo.
"Busca toda manera de agradarme; como si esto fuera el camino más corto para encontrarme.
Dichosas las almas que Me buscan con los gemidos amorosos de la Esposa del Cantar de los
Cantares. Conjura a todas las creatures del Cielo y de la Tierra para que favorezcan el nuevo
encuentro con el Bien Amado, que no se fue sino para ser nuevamente llamado... Pequeña esposa Mía, considera la grandeza de Mi Ternura y Mi Alegría cuando veo que vuestras almas libres Me quieren a Mí por encima de todo. Si Yo te lo pidiera, ¿serías capaz de dejarlo todo por darme gusto?" Yo: "Sí, mi Señor, con Tu Gracia."
"Y que cuando das gusto a los otros, que ello sea únicamente por Mí. Habitúate a ello de tal modo que te sientas incómoda de vivir en ti y para ti. ¡Qué admirable cuando veo en vuestra mirada la pureza de la intención! Vive pues en Mí y para Mí, para proporcionarme la dulzura de recompensarte con la gran recompensa de Mi Amor. Consuélate de la Tierra consolándome a Mí, porque las Palabras de Amor que hasta aquí has recibido no son nada en comparación de las que te voy a decir más tarde. ¿Ves? Sigo siendo un Mendigo de consolaciones; pero Soy el Mendigo que enriquece a quien Le da. En todas tus acciones hay un elemento humano que conviene
refrenar. Refrena por Mí, encadénate por Mí, a menudo queda muda por Mí. Sonríe por Mí. Y por Mi Amor caminarás pisándote a ti misma con tanta más alegría cuanto mayor sea el amor de tu voluntad."