455. 28 de mayo. Retorno al campo, en Francia. Yo había omitido mi tiempo de descanso delante de Dios. El: "¿Por qué Me privas de ese momento de intimidad? ¿Tienes mucha prisa? Pero, ¿hay algo que pueda compararse a un pequeño cuarto de hora sobre Mi Corazón?"
456. En mi aposento. "Cuando puedas no aparecer en público, no lo hagas. Escóndete. Escóndete en Mí. Que tu amor sea siempre joven e invente para Mí cosas nuevas, como algo que amanece."
457. Yo pensaba en la muerte y me preguntaba. ''Cómo voy a hacer? ¿Seré siquiera capaz de decir 'buenos días a mi Dios?" El, con viveza: "Seré Yo el que te dé los buenos días."
458. 30 de mayo. ”¡Qué feliz eras cuando podías dar a un ser querido un día entero de intimidad!
Dame a Mí, con mayor gusto aún, tus soledades.
'Mira Mi Sangre. Nada fuera de Mí. Habita en la Mansión de tu Señor, de tu Esposo. (Su Corazón).
¿Crees realmente en El? Pídeme amor, a Mí, que ardo en deseo de dároslo."