1471. 1945. Todos los Santos.
Tus penas no merecen consideración si piensas en el Cielo. Si les fuera posible a los santos volver a vivir sobre la Tierra, me pedirían que los hiciera sufrir más, porque ahora saben que todo sufrimiento recibe una recompensa magnífica en el País del Amor.
¡De qué no serían capaces por lograr un grado más alto en el Seno del Infinito! Únete a su alegría, a la alegría de las almas que acaban de ser ahora recibidas en el Seno de Dios. Y según la misión que tienes en la Tierra, que es la de aliviar las penas de los otros, piensa en las almas del Purgatorio. Con esto Me rindes servicio y honor. Esas almas Yo las espero, porque las amo y ellas van a cantar Mi Gloria. Mi pequeña hija, sé santa desde ahora...
Yo: No quiero otra cosa, Señor.
El: Vigila y ora. Vigila la pureza de tus intenciones; ofréceme el momento presente. Pide la santidad cada día, para santificar a los que te rodean, porque tú no puedes darles sino lo que eres. ¡Lo que vale una palabra, un ejemplo de santo! Tienen siempre una resonancia, aun más allá de su vida.
Entrégate a Mi, no a ti, con esa alegría que tanto Me complace. ¡Qué no te dará en cambio la
infinita Riqueza de tu Dios! Y no pienses que El Se detenga para dar por el hecho de haber dado ya; ni pienses que se le acaban los Dones cuando Los ha regado por todas partes.. . Entra, hija, en las preocupaciones de tu Dios. ¿preocupaciones? Sí, una: la de que finalmente se quiera creer en Su extraordinario Amor por los hombres. Eso... ¿lo entiendes'?
Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.