1061. 22 de enero de 1941. Hora Santa. El: "Crees en la Potencia de mi Amor?" Yo: Sí,
mi Señor, creo en la Potencia de Tu Amor. El:"Crees que Mi Amor es más fuerte que todos los
amores reunidos de la Tierra'?" Yo: Así lo creo, Señor. El: "Repítemelo a menudo, pues esto alivia un poco Mi Agonía. Los incrédulos hieren Mi Ternura y la confianza de un alma Me es dulcísima.
"¿No te has dado cuenta de que desde que tú Me dejas obrar en lugar tuyo, tu alegría y nuestra Unión son más grandes? Comprende que de este modo caminarás a pasos de gigante, pues Soy Yo Quien camina.
El otro día, cuando tuviste aquel desengaño (un negocio importante que parecía
deshacerse), Me dio mucho gusto que Me lo ofrecieras al momento y todo entero. Y Yo se lo
pasaba al Padre. Piérdete siempre, hija, en Mí. Si supieras lo que Soy Yo, te refugiarías sin cesar en Mis Brazos.
Si conocieras el don de Dios y Quién es ese que se llama Jesucristo. Por lo menos no detengas tu impulso: Soy Yo el Impulso. No quieras saber ni siquiera a dónde te llevo. Mírame a Mí, sin fijarte siquiera en que eso es abandono. Ocúpate de darme gusto en todo con un alma sonriente. Que tu alma tenga en todo momento esa actitud, que tanto Me gusta y Me honra.
"La segunda actitud que debe serte habitual, es la de multiplicar las ocasiones de prestar
servicios al prójimo, que es Mi hermano.
“Y la tercera actitud habitual: hacer que se produzcan las ocasiones de hablar de Mí. Será bueno para ti y para Mí. ¿Te imaginas la posibilidad de que en un día entero tus labios no pronunciaran ni una sola vez Mi Nombre con una palabra de amabilidad para los que te escuchan? Podría sucederte por timidez, por temor de molestar. Pero es al contrario. Ensaya y te asombrarás de ver cómo la gente se sentirá atraída por esas palabras del Cielo. Ensaya, seré Yo Quien hable. Te ruego que Me des esas ocasiones a partir de mañana ya sabes que cuando tu Señor habla toca los corazones."