1372. 24 de mayo, Hora Santa, en el campo.
Señor, ¿es cierto que estamos ya desde ahora en el Seno de Dios?
Pero, ¿entiendes tú la dulzura que hay en las palabras 'Seno de Dios'? Trata de
vivir de ellas. Así como el niño se desarrolla poco a poco en el seno de su madre, así tú
desarróllate en Mi Ser, no esperando sino de Mí, tu acrecentamiento progresivo.
Muévete en Mí, respira en Mí. Come y bebe en Mí, extiéndete en Mí y olvídate de que existes. Mírame en todas las cosas.
Y cuando de esta manera te hayas 'trasladado' a Mí, vivirás en una perpetua adoración y en el Amor. Hija Mía, ¿es demasiado? ¿es suficiente?
1373. 25 de mayo, en la iglesia.
Hay que preparar desde ahora, en la alabanza y la admiración, la vida en el Más Allá. Si tu vida sobre la Tierra fuera una cadena ininterrumpida desde tu nacimiento hasta tu muerte... Prepara tu cielo como se prepara una fiesta.
¿Las guirnaldas? Serán las buenas acciones de cada día ensartadas en todas esas horas que perfumó el amor.
¿Las luces? Son los fuegos de la ternura. Yo quisiera verte en guerra declarada contra el más ligero pensamiento de egoísmo. El egoísmo está en hacer de uno mismo un dios. Pero Yo, que era Dios, nunca pensé sino en Mi Padre y en vosotros; nunca en Mí.
¿Comprendes lo que es el desprendimiento de sí por amor a los otros y al mundo entero? Esto es lo único que vale la pena. Es así como puedes ser corredentora, en unión con tu Esposo.
Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.