1458. 20 de agosto de 1945. Misa Mayor sobre la Explanada.
Sé una servidora de amor. ¿Sabes cuál es el nombre de una servidora de amor? Su nombre es la bienamada.
1459. 21 de agosto. Al regreso de Lourdes.
No pienses que pierdes a Lourdes porque sales de ahí; porque Yo estoy siempre contigo para dirigirte y ayudarte en la fidelidad a tus resoluciones. El Esposo lleva el paso para que la esposa no tropiece.
Y ¿qué es lo más conmovedor entre la timidez de la esposa y las atenciones del Esposo? Porque el Esposo es feliz de que su esposa Le procure la oportunidad de una nueva atención delicada.
¿Quieres darme la felicidad de ver cómo sigues Mi Método? Porque supongo que aprobarás a tu Profesor, que posee secretos a ningún otro parecidos, que tú reconoces y (con una sonrisa) no te han dado hasta aquí motivo de queja. Animo, pues.
Tus ojos, en la Luz. Yo Soy la Luz. No Me pierdas la Mirada, ahora que lo has comprendido, ¡La Mirada de Dios! Con ello repararás tantas otras miradas, tuyas y de los otros.
Y, ¿qué decir del amor que hay en una mirada, una mirada de tu corazón sobre el Pobre Cordero de Dios que es pura Humildad, Dulzura y Misericordia? Pondera estas palabras con amor. Tres palabras que te doy al salir de Lourdes.
Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.