San Isidoro es uno de los Padres de la Iglesia, que la enriquecieron en los primeros siglos del cristianismo. El nos dejó una hermosa oración, que podemos repetir para alimentar la confianza en el Espíritu Santo y comprometernos por un mundo más justo:
"Aquí estamos Señor, Espíritu Santo. Aquí estamos en tu presencia. Ven, y quédate con nosotros. Dígnate infundirte en lo más íntimo de nuestros corazones. Enséñanos en qué tenemos que ocuparnos, hacia dónde tenemos que dirigir nuestros esfuerzos.
Haznos saber lo que tenemos que realizar, para que con tu ayuda podamos agradarte en todo.
Sé tú solo quien inspires y lleves a feliz término nuestras decisiones.
Tú solo, con Dios Padre y su Hijo, posees el nombre glorioso.
No permitas que seamos perturbadores de la justicia, Tú que amas la equidad en sumo grado.
Que la ignorancia no nos arrastre al mal, ni nos desvíe el aplauso, ni nos corrompa el interés del lucro, o la preferencia de personas. Antes bien, únenos a ti de modo eficaz por el don de tu gracia.
Que seamos uno en ti y en nada nos apartemos de la verdad.
Y por hallarnos reunidos en tu nombre podamos mantener en todo la justicia, guiados por el amor, para que aquí y ahora no nos separemos en nada de ti..."