La campaña navideña de Cáritas de este año viene marcada irremediablemente por la pandemia de coronavirus, la enorme cantidad de muertes, los confinamientos, el distanciamiento social pero también por una terrible crisis económica y social.
Con el lema “Esta Navidad, más cerca que nunca”, Cáritas propone vivir una Navidad en una doble dimensión. Por una parte, recuperando la cercanía, no medida en metros, sino en gestos, con quienes más lo necesitan. Y por otra, colaborando económicamente con los fines de Cáritas para romper simbólicamente las distancias y estar más cerca de aquellos que afrontan unas condiciones de precariedad a causa de la pandemia y que desbordan cada día a los recursos de acogida de Cáritas para garantizar sus necesidades básicas.
Esta invitación a la solidaridad económica con las víctimas de las injusticias tiene destinarios reales: las familias sin recursos, las personas mayores que viven solas, quienes no tienen empleo, o los que viven en la calle y no pueden refugiarse en el calor de un hogar. Y también de las personas que afrontan el duelo de la ausencia de quienes esta Navidad no se sentará a la mesa, de las personas que han perdido sus medios de vida a causa de la pandemia o de las personas migrantes que siguen hacinándose en nuestras islas y en las costas sin que lleguen soluciones.
Una Navidad diferente inspirada en un pesebre
Con esta llamada a “estar más cerca que nunca”, a superar la distancia física y el alejamiento emocional que impone el uso de mascarillas, Cáritas propone vivir “una Navidad diferente y un estilo de vida radicalmente distinto y revolucionario que tiene su origen en un pesebre”.
“La Navidad –recuerda Cáritas en la campaña— llega de nuevo para sacarnos de nuestros letargos y ensimismamientos, para deslumbrarnos con las luces que brillan en la generosidad de las personas voluntarias, en los gestos que cualquiera podemos hacer para cuidar y acompañar, en el tiempo que regalamos sin prisas y disponible para escuchar, preguntar, mirar a los ojos, y ser capaces de reconocer y agradecer todo lo bueno que recibimos todos los días”.
¿Cómo podemos estar más cerca?
La distancia física que exige el cuidar a lo demás y el cuidarnos para frenar la expansión de este virus letal está encapsulando los afectos y las emociones. Cada día el aislamiento se hace más costoso y es fácil ceder ante el desánimo y el no llegar a ver un horizonte cercano y libre de la enfermedad. E imaginar que no vamos a poder encontrarnos con los que queremos de la misma forma que otros años, aún nos parece una ficción.
Ante esta situación, la Campaña de Navidad de Cáritas invita a que cada uno de nosotros seamos una “estrella de Belén que ayude a alumbrar caminos, los de personas que conoces y los de otras que quizás estén más lejos de tu día a día, a ser estrella que con su luz alumbre esperanza a través de gestos generosos y sencillos que faciliten encuentro, diálogo, oportunidad”.
Regalar el mejor gesto esta Navidad
Hay gestos concretos que pueden hacer que esta Navidad sea de verdad distinta y contribuyan a tejer red y cercanía, y a convertirse en el mejor regalo para los demás.
Estos son algunos de los gestos que propone la Campaña de Navidad de Cáritas:
– Comparte tus bienes con los que menos tienen. Y dona. La generosidad ensancha el alma.
– Valora y disfruta una Navidad más sencilla y austera donde des valor a lo que verdaderamente te importa.
– Escucha y lee las noticias con mirada larga y amplia, que te permita tomar conciencia de que muchas personas en muchos lugares viven realidades muy distintas a la tuya.
– Consume con corazón y con cabeza. Que el consumo que realices sea responsable y justo, y tenga en cuenta el bienestar de otras personas.
– Agradece y ofrece. Reconocer los dones que recibimos y disfrutamos nos dispone para agradecerlos y compartirlos con los demás.
– Cultiva el encuentro y la amistad, que los demás te sientan cerca. Una conversación, escribir una carta o una tarjeta de Navidad, cocinar para alguien, regalar un dibujo o una manualidad… hay cientos de formas para expresar amor y cercanía.
– Realiza gestos gratuitos que ayuden y mejoren la vida de otras personas, que sirvan para aliviar la soledad y la tristeza, para cuidar y acompañar, para cooperar con otros y hacer la vida más plena y feliz para todos.
– Tómate un tiempo diario para estar en silencio, para orar, meditar o contemplar. Convertir estas prácticas en hábitos nos ayuda a crecer en sensibilidad y a vivir con mayor atención a la realidad.
– Conecta y hermánate con la Naturaleza sin invadirla ni querer conquistarla. Aprender a amarla nos lleva a realizar gestos concretos y cotidianos para cuidarla y preservarla.