El documento Mensuram Bonam (MB), publicado por la Pontificia Academia de Ciencias Sociales del Vaticano, es el resultado de varios años de trabajo e intercambios entre profesionales financieros y teólogos. Su objetivo es aplicar valores cristianos y la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) a la gestión de activos financieros, especialmente para individuos y organizaciones católicas.

Contexto y Necesidad

Aunque existen numerosos "inversores católicos", la dimensión económica de la DSI no es ampliamente conocida ni aplicada en la gestión de sus carteras financieras. La publicación de MB llega en un momento oportuno, dado el crecimiento de las inversiones en fondos sostenibles, éticos o de impacto. Además, este documento resuena con la reciente Exhortación Apostólica del Papa Francisco, Laudate Deum, que subraya la necesidad urgente de abordar las crisis interconectadas de ecología, sociedad y desarrollo humano.

Primer Encuentro: Inversión Coherente con la Fe

En noviembre pasado, se celebró la Primera Conferencia de Inversión Coherente con la Fe de Mensuram Bonam. Con la participación de 120 personas de diversas partes del mundo, el evento buscó fomentar la adopción de principios éticos cristianos en la gestión de patrimonio. Iker Barrón, consejero delegado de Portocolom Agencia de Valores, estuvo presente.

Temas y Reflexiones

Los participantes discutieron varios temas clave, enfatizando la necesidad de:

1. Compromiso individual e institucional: un fuerte compromiso de personas e instituciones, y perseverancia en el proceso.

2. Educación en finanzas, ética y DSI: combinar conocimientos financieros con ética y la Doctrina Social de la Iglesia.

3. Cambios en la práctica diaria:

- Implementación de nuevas políticas de inversión.

- Reestructuración de equipos de gobernanza.

- Revisión de procesos y relaciones con comités financieros y profesionales.

4. Discernimiento y oraciones: acompañar todo el proceso de aprendizaje e innovación con discernimiento y oraciones.

5. Vulnerabilidad y compromiso a largo plazo: reconocer la necesidad de vulnerabilidad y un compromiso a largo plazo.

6. Precaución con el Greenwashing: estar atentos al "lavado de imagen cristiano".

7. Centrar la Dignidad Humana y el Cuidado del Planeta: priorizar la dignidad humana y el cuidado del planeta en todas las decisiones.

En 18 sesiones de trabajo, los participantes discutieron temas como exclusión, desinversión, compromiso, cambio climático e impacto. Se enfatizó que ninguna empresa o bono soberano es completamente bueno o malo, requiriéndose un análisis cuidadoso y consistente a lo largo del tiempo.

La Inversión Coherente con la Fe (ICF) no trata solo de obtener ganancias, sino de contribuir al bienestar de todos. Esto implica un diálogo constante con todas las partes interesadas, incluidos gestores de fondos y proveedores de servicios. Los participantes expresaron una "impaciencia radical" para actuar y expandir el número de instituciones basadas en la fe que consideran la ICF una prioridad.

Entre los asistentes se encontraban directores financieros de diócesis, congregaciones e instituciones financieras, así como representantes de conferencias episcopales de diversas regiones del mundo. Se destacó el papel crucial de cada uno en conectar diferentes regiones y se valoró especialmente la voz del Sur Global, que busca más oportunidades para compartir su perspectiva.

Conclusiones y Siguientes Pasos

Todos los participantes confirmaron su deseo de ver esta iniciativa desarrollarse aún más. Se sugirieron numerosas posibilidades para avanzar en el aprendizaje y formar comunidades para la colaboración y sinergias. Mensuram Bonam se vio como una herramienta y un punto de referencia para gestionar mejor sus activos financieros con una dimensión ética y de valores cristianos. Ahora esperan que se tomen nuevas iniciativas y ofrecieron su apoyo para impulsar un movimiento Mensuram Bonam.

Mensuram Bonam marca un hito significativo en la integración de principios éticos cristianos en la inversión financiera. A medida que más individuos e instituciones adopten estas directrices, se espera un impacto positivo en la promoción del bien común, la dignidad humana y el cuidado del planeta, reflejando fielmente los valores de la DSI en la economía global.