Son cada día menos y más ancianos, es habitual que los religiosos y consagrados necesiten el cuidado de los laicos. ¿Por qué no cambiar ciertos aspectos de la vida comunitaria, sin perder su esencia fraterna y carismática? Estas son las conclusiones del III Congreso Humanitate orientado a la mejora de la atención de personas mayores en la Iglesia.
Surgen en la actualidad nuevas congregaciones religiosas al tiempo que envejecen otras con mayor tradición. Estas últimas tienen cada vez menos recursos humanos propios para atender a sus ancianos y enfermos. Por ello, desde hace ya muchos años, son los laicos quienes les cuidan durante la última etapa de su vida.
Miembros de 70 congregaciones
La mayoría vive en las casas destinadas a los mayores de su propia congregación y, aunque cuesta mucho mantenerlas y encontrar superiores para gestionarlas, siguen conservando la espiritualidad y la vida comunitaria a la que fueron llamados.
El III Congreso Humanitate, celebrado en Madrid los días 14 y 15 de marzo, ha servido para tomar conciencia de esta realidad y dar respuesta a los desafíos del presente y futuro de las comunidades de los mayores de la Iglesia. Organizado por laicos, integrados en el equipo de la Fundación Summa Humanitate, el evento ha reunido a representantes 70 congregaciones religiosas e institutos de vida consagrada.
Laicos, consagrados y religiosos han hablado de la importancia de humanizar y profesionalizar el cuidado; de acompañar a cada persona hasta el final de sus días; y de hacer sostenible la vida fraterna de nuestros mayores.
Para no caer en el riesgo "de que se nos olvide lo esencial", los organizadores contaron con la participación de Monseñor Arturo Ros, obispo auxiliar de Valencia. Ros aconsejó fomentar la ternura como principal herramienta para el cuidado. "Para ello es necesario tener experiencias de Dios que nos lleven a ofrecer al otro la mirada tierna de Jesús, la mirada del amor que el otro necesita", comentó.
Margarita Saldaña, autora de Cuidar, el relato de una aventura (PPC), conmovió a los participantes al solicitar "humanizar el cuidado en una sociedad que no ve las necesidades del otro". "Reconocer que estamos vinculados los unos a los otros, y que todos somos vulnerables, nos permitirá relacionarnos con la persona anciana y atenderle con la dignidad que merece todo hijo de Dios", señaló.
Proyecto intercongregacional
Por su parte, José Ramón López, director operativo de la Fundación Summa Humanitate (FSH), planteó en el Congreso la intercongregacionalidad progresiva como una de las respuestas a los desafíos del presente y del futuro.
"Son muchas las casas con hermanos de más de 90 años. Urge unificar centros ante el incremento del número de enfermerías provocado por el envejecimiento de las comunidades; el aumento de la dependencia de sus integrantes y el crecimiento de su esperanza de vida", afirmó.
"Una solución puede ser la unificación de enfermerías o la convivencia en un mismo centro de los mayores de varias congregaciones", añadió. López propone apostar por la unión de comunidades con carismas similares que pertenecen a la misma familia espiritual: Dominicos, Franciscanos, Salesianos, Maristas…
José Ramón López puso a disposición de las congregaciones un edificio en propiedad para llevar a cabo un proyecto intercongregacional en el que incluso mayores laicos pueden tener cabida.
El III Congreso Humanitate ha contado con la participación de otros ponentes como Jaime Badiola, Belén López, Iñaki Lascarain, Jordi Llecha y la directora del Instituto Humanitate, María Eugenia Aguado. Este evento fue gratuito para los 208 religiosos asistentes.
Puedes ver aquí un vídeo de la fundación sobre religiosos y clero anciano.
La Fundación Summa Humanitate es una entidad sin ánimo de lucro creada por laicos comprometidos, cuya finalidad es servir a la Iglesia y contribuir al sostenimiento y difusión de sus obras, de forma tal que se garantice su continuidad y se mantenga su carisma. La Fundación apoya a instituciones de la Iglesia a resolver los problemas que les preocupan, especialmente los relativos a la gestión de sus centros de mayores.