Un joven grafitero ha pintado un enorme Sagrado Corazón de casi dos metros de altura en la localidad de Ciempozuelos para conmemorar el Centenario de la Consagración de España en el marco del Año Jubilar que con este motivo se está viviendo en la Diócesis de Getafe.
Christian, de 27 años y natural de Madrid, ha realizado esta obra sobre una de las paredes de la casa donde reside uno de los sacerdotes de Ciempozuelos, que atiende la Parroquia Santa María Magdalena.
Grafitero desde los 12 años, esta obra, solicitada para poner imagen a un próximo videoclip sobre el Sagrado Corazón, le ha permitido a Christian cambiar la imagen que tenía de la Iglesia y de sus miembros, en especial de los sacerdotes y de las personas consagradas.
“Algo está cambiando en mí”
Tras reconocer que estuvo algún tiempo alejado de Dios, este grafiti, y en especial su novia, persona de fe, están consiguiendo que Christian empiece a ver la vida de otra manera. “Después de esto, siento que algo está cambiando en mí. Tengo ganas de ver qué pasa, de saber más y de ver más allá, y de conocer más en profundidad realidades como el Sagrado Corazón”, explica este artista.
Cargado con sus esprays y sus rotuladores, en un par de horas tenía listo un Corazón de Cristo de un rojo intenso, que resalta de forma espectacular sobre el impoluto blanco de la pared sobre la que ha quedado impresionado.
El significado del fuego, las espinas y las llagas
“Cuando me propusieron pintar el Sagrado Corazón, realmente no sabía muy bien lo que era, pero Lucía, mi pareja, es una persona muy creyente y que sabe un montón, y me explicó el significado del fuego, de las llagas y de las espinas del Corazón de Cristo”, cuenta Christian, más acostumbrado a dejar su impronta en vagones de tren o en cierres de locales comerciales que en lugares como la casa sacerdotal de Ciempozuelos.
“No me importa que este grafiti no esté en un lugar de acceso público. Al contrario. Me apetecía tener la oportunidad de pintar en un lugar agradable como éste y poder estar creando tranquilo”, explica el joven artista, que buscó su inspiración en internet y teniendo un providencial encuentro con el Sagrado Corazón en la Parroquia Nuestra Señora del Buen Suceso de Madrid.
“Justo el día antes de tener que hacer el grafiti pasé con mi novia por delante de esa iglesia, y en la fachada había un Corazón de Cristo que me impresionó”, afirma Christian, que reconoce haber sentido “cierta inquietud” ante un encargo que ha quedado finalmente “la mar de bien”, como él mismo dice.
¿Un nuevo corazón ardiente?
“Ha quedado muy limpio. Suelo ser muy crítico con mis trabajos y no suelo quedar satisfecho, pero éste creo que ha quedado muy bien”, afirma este apasionado del grafiti, que trabaja como vendedor de seguros y que, en su tiempo libre, también pinta cuadros y dibujos e ilustraciones.
Tras pasar “mucha fatiga” en el mundo del grafiti por su carácter clandestino y de tener que pagar algunas multas por pintar en lugares inapropiados, la experiencia de hacer este Sagrado Corazón en Ciempozuelos ha llevado a Christian a replantearse su trayectoria como grafitero.
“El grafiti me apasiona y seguiré haciéndolo mientras me siga dando satisfacciones, pero es verdad que me gustaría practicarlo cada vez de forma más legal, pintando en lugares donde esté permitido”, cuenta este joven, para quien esta técnica “es pura libertad”.
Como el Sagrado Corazón que ha pintado en Ciempozuelos, tal vez el suyo propio empieza también a estar en llamas gracias a la acción del Espíritu Santo.
Publicado originariamente en Cari Filii News