Este próximo sábado 9 de marzo se celebrará en la catedral de Oviedo la beatificación de nueve seminaristas mártires asesinados durante la persecución religiosa entre el año 1934 y 1937 en Asturias. Se trata de la causa de Ángel Cuartas Cristóbal y ocho compañeros mártires. El mayor tenía 25 años y el más joven 18. La beatificación será presidida por el cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
La causa de estos mártires se ha dividido en dos grupos, los que fueron asesinados durante la revolución de 1934 y los que lo fueron en 1936 y 1937, ya en plena guerra. En ambos casos fueron grupos izquierdistas los que acabaron con la vida de estos jóvenes por odio a la fe.
"¡Matadlos, que son curas!"
El padre Andrés Pérez, postulador diocesano habla de los asesinados en 1934. A principios de octubre “se tuvo noticia de las revoluciones, el día 6 de octubre comenzaron a escucharse tiros”.
Aquel mismo día 6, cuenta este sacerdote, “los revolucionarios asaltaron con tiros el seminario, y los seminaristas se escaparon por donde pudieron. Un grupo se escondió, pero los encontraron y los llevaron a la cárcel de Mieres. Otro grupo más pequeño se refugió en un sótano. Permanecieron allí toda la noche, hablaron sobre si iban a morir mártires, rezaron el Rosario. Como no habían comido ni bebido nada, al día siguiente, día 7, uno de ellos salió a ver si encontraba comida. Pero lo apresaron y le obligaron a decir dónde estaban. Salieron todos del sótano menos el domínico y un seminarista. Los llevaron detenidos por la calle y la gente comenzó a decir: ‘matadlos, que son curas’. Entonces comenzaron a disparar”.
Por su parte, el padre Jaime Díaz Piegia, vicepostulador de la causa, asegura que se abrió este proceso “recogiendo el sentir de la diócesis, que era muy fervoroso, en las primeras décadas después del martirio”.
“Se recogieron muchos testimonios de sacerdotes, que entonces eran seminaristas. Se nombró una comisión histórica integrada por expertos en historia de la Iglesia para estudiar el contexto social y religioso de la época y el proceso militar que se sigue en ese momento a quienes asesinaron”.
Por su parte, el arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz Montes, ha indicado que esta beatificación “es una fecha largamente esperada en la diócesis” y que “estas 9 historias confluyen en la expresión máxima del amor, entregando la vida, perdonando a quienes la segaban”.
¿Quiénes eran?
Ángel Cuartas Cristobal. Nació en 1910 en una familia humilde de Lastres. Entró en el Seminario en 1923. Era subdiácono y estaba en quinto de Teología, fue fusilado el 7 de octubre de 1934. Tenía 24 años.
Gonzalo Zurro Fanjul. Nació en 1912 en Avilés. Pronto marchó a Figaredo (Mieres), donde su padre entró a trabajar en la mina. Ingresó en el Seminario en 1925. Poseía de grandes dotes intelectuales y era amante de las misiones. Estudiaba segundo de Teología. Fue el primero en morir, el 7 de octubre de 1934. Tenía 21 años.
José María Fernández Martínez. Nació en 1915 en Muñón Cimero (Pola de Lena). Su abuelo y su padre fueron sacristanes. Entró en el Seminario en 1927. Estudiaba primero de Teología. Lo fusilaron el 7 de octubre de 1934. Tenía 19 años.
Sixto Alonso Hevia. Era el mayor de once hermanos, y vivía en Luanco. Sixto nació en 1916 e ingresó en el Seminario en 1929. Había concluido tercero de Filosofía cuando comenzó la guerra. Fue apresado, movilizado y enviado al frente en el Puerto de Ventaniella, entre Ponga y León. Allí, el 27 de mayo de 1937 fue degollado mientras clamaba a Dios. Tenía 21 años.
Manuel Olay Colunga. Nació en 1911 en Noreña. Entró en el Seminario en 1926. Fue apresado durante la guerra, estuvo en Gijón y posteriormente lo llevaron a fortificar en San Esteban de las Cruces. Era subdiácono e iba a cursar quinto de Teología. Le dispararon a distancia en Villafría (sobre San Lázaro) el 22 de septiembre de 1936. Tenía 25 años.
Luis Prado García. Nació en 1914 en San Martín de Laspra, hoy Piedras Blancas. Fue sacristán de la parroquia. Entró en el Seminario en 1930. Durante la guerra, se escondió con unos familiares en Avilés, pero fue descubierto y llevado a Gijón. El 4 de septiembre de 1936 le pegaron once tiros, mientras gritaba: ¡Viva Cristo! Tenía 21 años.
Juan José Castañón Fernández. Nació en 1916 en Moreda de Aller. Estudió en el Colegio de La Salle en Caborana. Fue el sacerdote don Custodio Álvarez quien animó su vocación. Ingresó en el Seminario en 1928. Cursaba tercero de Filosofía. Lo ejecutaron el 7 de octubre de 1934. Tenía 18 años. Era el más joven de todos.
Jesús Prieto López. Nació en 1912 en La Roda (Tapia de Casariego). Su familia campesina tuvo once hijos. Entró en el Seminario en 1925. El párroco le pagaba los estudios. En las vacaciones trabajaba en casa y daba catecismo a los niños. Era alumno de tercero de Teología. Lo ejecutaron el 7 de octubre de 1934. Tenía 22 años.
Mariano Suárez Fernández. nació en 1910 en El Entrego. Su padre era capataz de minas. Ingresó en el Seminario en 1924. Estaba en cuarto de Teología. Lo mataron el 7 de octubre de 1934. Tenía 23 años.