El cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Barcelona, acudió al Palacio de la Moncloa este martes a reunirse con Félix Bolaños, el nuevo ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, con formación de abogado y militante del Partido Socialista.
«El encuentro se ha prolongado durante casi una hora en un ambiente de cordialidad y cercanía», ha informado la Conferencia Episcopal Española este 3 de agosto.
Los temas que se trataron fueron:
- la preocupación de la Iglesia por los valores morales de la sociedad,
- la solidaridad de los países ricos para que la vacunación llegue a los más pobres
- que las leyes sobre vida y educación se dialoguen con toda la sociedad
El presidente de la Conferencia Episcopal ha pedido que el Gobierno dialogue estas leyes "con la sociedad" y no sólo entre las instituciones políticas.
Esta petición se enmarca en la imposición de leyes de educación como la Ley Celaá (a la que se oponen asociaciones y familias de escuela cristiana, concertada, diferenciada y especial) o la ley de eutanasia (aprobada sin consultar a entidades médicas, sanitarias, jurídicas, de ancianos o de discapacitados, ni al Comité de Bioética del mismo Gobierno).
El ministerio ha difundido una nota sobre la reunión, según la cual el ministro Bolaños ha valorado positivamente el papel de responsabilidad que ha mantenido la Iglesia Católica durante las etapas más duras del coronavirus (véase en ReL la sección Iglesia y coronavirus).
Según informa Moncloa, «ambos se han emplazado a retomar, a partir de septiembre, los trabajos de las subcomisiones creadas para tratar asuntos como la situación de los bienes inmatriculados por la Iglesia católica, el régimen tributario y la Obra Pía de Roma».
Tal y como han explicado, «este encuentro se enmarca entre los que está teniendo el nuevo ministro con las instituciones de su área, entre las que se encuentra la Subdirección General de Relaciones con las Confesiones».
Antes de Bolaños la interlocutora del Gobierno con las confesiones religiosas era la ministra Carmen Calvo, que, por ejemplo, fue quien recibió en enero al nuevo nuncio de la Santa Sede en España, el filipino Bernardito Auza.