Jóvenes estudiantes de todos los rincones del mundo estuvieron junto a los más necesitados de Valencia durante la noche del pasado miércoles. La iniciativa surgió de la Asociación Apostolado de la Divina Misericordia. Desde 2016, sus voluntarios recorren cada semana las calles de Valencia, acompañando y asistiendo a los “sin techo”.
Jóvenes de todo el mundo
En la iniciativa, además de jóvenes valencianos, participaron decenas de voluntarios del grupo Erasmus de las principales universidades de la ciudad, entre los que se encontraban alemanes, italianos, británicos, indios y marroquíes.
“Todos ellos estaban unidos para ser apóstoles con el hermano que sufre”, detalla la organización a Religión en Libertad. Buscaban “brindar su ayuda a los más pobres de nuestra ciudad de Valencia dando de comer al hambriento, de beber al sediento, visitando al enfermo y vistiendo al desnudo”.
Impactados por la realidad de la pobreza
Como en otras ocasiones, los voluntarios prepararon los alimentos que se iban a repartir en los locales de la parroquia de San Francisco de Borja. Antes de comenzar el reparto, los jóvenes “disfrutaron de un agradable momento ante Jesús sacramentado”.
Allí “presentaron ante Dios sus vidas y pidieron discernimiento para llevar a cabo el apostolado que iban a vivir esa noche”.
La organización explica que muchos de ellos “se fueron impresionados al conocer `in situ´ cuál es la realidad de pobreza, marginación y soledad que sufren tantos hermanos, durmiendo al raso, sin comida, compañía y en total desamparo”.
Algunos de los jóvenes que acompañaron a la asociación Divina Misericordia de Valencia en su entrega de alimentos.
"Una experiencia inolvidable"
Los participantes describieron la jornada como “una experiencia inolvidable y de verdadera misericordia”.
Aquella noche pudo ser la primera para algunos de los participantes. Sin embargo, la Asociación Apostolado de la Divina Misericordia lleva años ofreciendo el sustento y el Evangelio a los más necesitados.
Cinco años de trayectoria
“Nuestro apostolado por las calles de Valencia se remonta al año 2016. Nuestro presidente, el sacerdote D. Pedro Miret Giner y e Israel de María salían desde la parroquia de la Resurrección del Señor a buscar los lugares donde habitualmente se refugiaban, por las noches, las personas más vulnerables, pobres y necesitadas de Valencia”.
Cada semana, seguidos de otros voluntarios, “iban provistos de bebidas y bollería a encontrarse con ellos y les ayudaban a paliar el frío del invierno y la soledad de la noche. Es así cómo empezó, guiados por el Espíritu, esta gran obra de misericordia”.
Desafían el frío, no temen al Covid... incluso salvan vidas
La noche del pasado 14 de abril, el grupo del apostolado encontró un joven herido en el suelo. Llamaron a una ambulancia y mientras esperaban, dejó de abrir y cerrar los ojos hasta que los sanitarios lograron reanimarle.
“La Providencia ha hecho que este grupo de la Asociación Apostolado de la Divina Misericordia llegara a ese lugar en el momento oportuno”, relatan en su página web.
Algunos de sus voluntarios, como Elisa, comenzaron a participar en la organización tras encuentros casuales en medio de estos episodios. “Hace tres años, en la calle en pleno invierno, los vi como estaban repartiendo comida a la gente y en ese momento dije: yo quiero hacer eso”, cuenta mientras prepara bocadillos.
El diciembre pasado, el frio y el toque de queda no impidieron que la organización continuase atendiendo a los más pobres de Valencia, llegando a alimentar hasta a 300 personas cada noche de reparto.