El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, está a punto de cumplir 65 años y 10 años al frente de la diócesis asturiana. En la envejecida Asturias (sólo Zamora está más envejecida), habla de la fe y la Iglesia en una larga entrevista en El Comercio, periódico de la región que recuerda que el obispo es un "franciscano decidido que a los 20 años cambió a su novia y su trabajo en banca por la vida consagrada".
Sobre la disminución de sacramentos (menos bautizos, menos bodas) comenta que "no es únicamente por la incoherencia que podemos tener los cristianos, por nuestros pecados, sino también porque hay otras fuerzas muy activas que están en contra y trabajando. No estamos en igualdad de fuerzas, donde la gente espontáneamente es creyente o deja de serlo. No únicamente es la Iglesia la que da catequesis anunciando el Evangelio, aquí también hay otros catequetas, que propugnan y subvencionan sus particulares proclamas, contrarias a la Iglesia. Algunas son fuerzas políticas con siglas conocidas, otros son movimientos laicistas que siguen trabajando. Esa especie de ataque paralelo que recibe el pueblo cristiano, cuando ese pueblo no está suficientemente formado, la otra catequesis te hace mella y ni te enteras. A través de serie de televisión o de los portales tipo Netflix o HBO o Prime Amazon, series que están mentalizándote, corrientes culturales que te están influyendo".
Resume en cifras la situación de la diócesis. "Puedo dar dos cifras elocuentes. He ordenado a 27 sacerdotes y he enterrado a 132. La diócesis de Oviedo tiene casi un millón cien mil habitantes, a la baja. Es mucha gente en un territorio que tiene una cierta dispersión. Tenemos 934 parroquias y 350 sacerdotes. No es que esté mal la proporción, pero estamos justos", detalla el obispo.
"Cuando llegué había ocho seminaristas y ahora tenemos 28. Don Gabino Díaz Merchán me decía que cuando llegó aquí, en el 69, ordenaba cada curso diez sacerdotes y no sabía dónde mandarlos porque estaban todas las parroquias cubiertas". Y añade: "No creo que haya problemas de llamada ni de llamante, pero sí de una cierta sordera o que es más díficil, en esta época, escuchar a quien te está llamando para saber a qué te convoca. Es complicado en un mundo que se ha hecho materialista, insolidario..."
– A nadie le molesta que un político vaya a un partido de fútbol. Pero sí que acuda a la Iglesia - plantean al obispo.
– Es la diferente vara de medir y la intolerancia de los que van con la bandera de la tolerancia por doquier. Porque si tu tolerancia es únicamente para que aplaudan, apoyen y se adhieran a lo que tú decides, esa tolerancia tiene trampa -responde.
Políticos y Gobiernos
Sobre el nuevo Gobierno español, el arzobispo habla poniéndolo en el amplio marco histórico de la Iglesia.
"La ventaja que tiene pertenecer a una comunidad como la Iglesia Católica, que tiene dos mil años de historia, es que tenemos en nuestro álbum un montón de escenarios, donde hemos tenido que habérnoslas con verdaderas dictaduras, dictablandas, democracias, anarquías, comunismos, con cualquier sigla política y tantas formas de llevar la cosa pública. Empieza una singladura que no sabemos cuándo terminará y sobre la que no tenemos experiencia, por lo menos en democracia. Que el gobierno resultante sea un 'mix' entre el Partido Socialista Obrero Español –al menos eso dicen sus siglas–, y Unidas Podemos, pues no sabemos cómo van a hacer la gestión. Solo sabemos algunos ademanes, alguna amenazas, algún brindis no sé si al sol naciente o al sol que se pone, pero no cómo va a resultar. A algunos compañeros les han preguntado si teníamos miedo. Miedo ninguno. Respeto democrático al resultado", comenta.
"Lo que pido a un político, tenga la sigla que tenga, tenga el gobierno en la mano o que aspira a tenerlo, es que sea leal a la verdad y que no cifre su gobernanza en el engaño y la mentira. Hay algún gobernante que el principal enemigo que tiene y el que más le va a poner colorado son sus propias palabras, sus propios programas y lo que ha dicho en campañas electorales no tan lejanas. Pero que sean amantes de la verdad y que no trampeen con las mentiras y las falacias que son demagogias de muy corto recorrido", añade.
Los abusos en la Iglesia... y fuera de ella
El arzobispo lamenta cuando "se falsea en el tema de los abusos, que es una herida que nos duele profundamente. Se falsea cuando se focaliza el tema del abuso sexual de un menor, crimen donde los haya, lo haga quien lo haga, como si este horrible pecado e imperdonable delito fuera un pecado y un delito cometido únicamente por cristianos en general y sacerdotes en particular, cuando representamos una cifra ridícula, pero que a mí me abre las carnes. Hay cifras que indican que en los últimos 60 años se han admitido a trámite 44.500 casos de abusos a menores. Perpetrados por sacerdotes, solamente 36. Creo que la cifra es más que elocuente".
Añade al respecto: "Tenemos un protocolo, una oficina para poder atender y acompañar cualquier situación de esa índole. Quisiera que esa misma seriedad y contundencia se viera en cualquier otro colectivo que también tiene entre sus filas estadísticas terribles".
Sáez habla de la muerte súbita del obispo Menéndez, por parada cardíaca. "Fue mi obispo auxiliar y luego obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez. Me tocó presidir su funeral y dije que lo que le paró el corazón fue el acoso y derribo de quienes fueron implacables con él, no sus presuntos encubrimientos. [...] Los obispos, en general, somos en algún momento objetivo y diana. Y depende de las espaldas que tiene cada uno, la fortaleza con la que cuentas, porque no somos de piedra. Asumes cuando tienes que dar la cara y responder antes cosas que no puedes mirar para otro lado. Donde tengo responsabilidad, actúo. Y si tienes que pagar un precio, lo pagas, y es justo pagarlo".
Habla también de cosas horrendas que uno conoce cuando visita las prisiones. "Paso la mañana del 24 de diciembre en Villabona y me conmueve estar con esos presos y presas donde hay delitos de sangre, violaciones, extorsiones, robos... Y tienes todo el abanico de la delincuencia. En la vida, desde que el hombre es hombre, esto se ha dado. No voy a ponerme puritano, se da. Hay que procurar que no se dé, educar y prevenir para que no se siga dando. Pero sí se da. Aplíquese la ley, que sean leyes justas, que puedan penalizar y prevenir. Pero que las cosas se dan, se dan. Ni siquiera porque haya leyes que previenen y penalizan... Un tema que me duele enormemente es el acoso a la mujer, hasta machacar con el asesinato impune de tanta mujer víctima. Ponemos leyes, campañas, pero algo estamos haciendo mal cuando la cifra sigue subiendo. Habrá que tener un momento de calma y preguntarse si lo estamos haciendo bien cuando son estos los resultados".
El "mantra de la escuela laica, pública y única"
Lamenta las campañas contra la escuela concertada y católica. "Se ha repetido hasta la saciedad esa especie de mantra de la escuela laica, pública y única. Si retirásemos del escenario educativo la presencia de la Iglesia el país se vendría abajo. No podría asumir el Estado esa educación laica, única y pública. Evidentemente, no lo vamos a hacer, por eso estamos luchando. No pedimos un privilegio, pedimos libertad, en aras de una sociedad plural y tolerante, que hace del diálogo una de sus banderas. Enseñamos con enorme profesionalidad, no estamos haciendo una educación reaccionaria, paralela o contradictoria. Lo que ocurre es que nosotros queremos volcar también una manera de ver la realidad y de auscultar la historia, que es el modo de visión de los cristianos. Y somos capaces de convivir con otras historias y otros modos de enseñar. ¿Y quién debería tener la libertad para elegir uno u otro modelo? Quienes son los depositarios de sus hijos. Que no sea el Estado el que esté manipulando, totalitariamente, dictatorialmente, la educación de tus hijos, imponiéndoles lo que tú para los tuyos no quieres".
Los pobres acuden a la Iglesia
Comenta también el papel de la Iglesia ante los problemas económicos de muchas familias.
"Tenemos una comparecencia cotidiana, no cuando están cerrando una empresa donde quedan 120 familias al pairo, sino una comparecencia cotidiana que se ejerce en la Cocina Económica o en las Esclavas de la calle Uría, donde voy a servir cenas o dar desayunos a nuestros sin techo, que viven y duermen en la calle... Ellos no llaman a las puertas de los partidos políticos, de los sindicatos ni de los ayuntamientos, pero sí a las puertas de las parroquias y de los lugares donde hemos organizado que puedan desayunar, comer y cenar y, en la medida que podemos, que tengan un techo. La Iglesia es esto, no es otra cosa. Y si la Iglesia no es esto, ha dejado de ser Iglesia".
La verdadera historia del Valle de los Caídos
Comenta también la exhumación de Franco. "Él no había decidido ir al Valle de los Caídos. No lo dejó en su testamento ni en ningún dictamen. Fue una decisión improvisada del jefe del Estado, que llevaba dos día siéndolo. Estoy leyendo una tesis doctoral sobre el Valle de los Caídos, me está sorprendiendo. Si hablamos de 'new fake', de esto se han dicho tantas mentiras, que no por repetidas terminan siendo verdad. El valle se construye como un espacio de reconciliación. Tuve un tío maestro cantero que trabajó en el valle como profesional de la cantería. Que hubo presos políticos también, sí señor. Pero estoy descubriendo en esta tesis que no eran personas, como hemos escuchado desde alguna tribuna, obligadas con trabajos forzosos, de una manera inhumana e indigna. Por tener, tenían hasta nómina y sus familias iban en vacaciones a disfrutar en las casas que había para los presos".
"¿Qué es lo que a mí me ha parecido mal? Que se haya hecho conculcando el derecho de una familia, invadiendo el espacio exento de una basílica y censurando los debidos derechos que tenía una comunidad. Que Franco se puede cambiar, evidentemente,. Que se le podía exhumar, sin ningún problema, pero que lo decida la familia. No hagamos de Franco un arma arrojadiza, no pretendamos reescribir la historia ganando la guerra a un muerto. De Franco yo apenas me acordaba, por edad, y si preguntas a generaciones posteriores, no sabían quién era este señor. Había otro interés, era otra moneda la que se estaba cambiando, con unas elecciones que vinieron enseguida y luego parece que no salió tan bien.Por lo menos, no pudieron no comprar lo que creo que se quería comprar. Y cuando organizas decisiones judiciales para que eso salga así, estamos en el límite de perder el Estado de Derecho, y eso sí que me parece enormemente peligroso".
Visitas de políticos al santuario de Covadonga
También comenta los intentos de usos políticos del santuario mariano de Covadonga.
"A lo que no presto Covadonga es a un acto político. Que hables de la Santina, Covadonga y Pelayo y cifres ahí tu reconquista, allá tú. Que fuera Abascal –yo no estaba allí– y quisiera dejar un ramo de flores, otros lo han hecho también, como cuando va el Sporting o el Real Oviedo. No hacen socia a la Santina, pero quieren pedir una ayuda, si es que cabe pedirla en el campo del deporte. Que alguien quiera inspirarse en Covadonga para su propio rearme, está en su derecho".
No hay ayudas a la familia
Y habla también de la situación de la familia y la demografía en toda España. "Algo estamos haciendo mal cuando no damos la ayuda que necesita la familia para poder tener más familia. Yo soy el mayor de ocho hermanos, mis padres se casaron en los 50, en aquel momento que no había televisión ni series de Netflix venían muchos hermanos (ríe). Para mí ha sido un regalo. En Nochevieja siempre bajo a Madrid, me encuentro con mis hermanos, sobrinos, es una fiesta. Preocupa enormemente, porque significa no solo que hay menos esperanza y mayor tristeza, sino que se envejece la sociedad. Hace dos años vino de Benin una familia invitada. Quedaron impactados de las calles, plazas, casas.. del primer mundo. Eran todo ojos. Me preguntaron: '¿Todo esto para quién lo hacéis, porque no lo haréis para las mascotas? Es que niños vemos muy pocos. Aquello me dolió. Allí no tienen casas ni plazas, pero hay mucha vida, es una fiesta de esperanza".
Con un millón de habitantes, la región asturiana aborta a uno de cada cuatro bebés, no dedica ninguna ayuda a las embarazadas y ha perdido 100.000 habitantes en 27 años, tiene la más alta tasa de mortalidad de España (12 por mil) y la más baja tasa de natalidad (6 por mil). La edad media en Asturias es de 48 años; empata en envejecimiento con Lugo, Salamanca y Orense, y solo les vence Zamora (edad media 50 años).
La entrevista completa se puede leer aquí