Durante este fin de semana se está celebrando EncuentroMadrid, una cita que organiza Comunión y Liberación en la capital de España y que reúne a miles de personas así como a expertos en diferentes cuestiones que son debatidas en mesas redondas y paneles.
Uno de los que se celebró el sábado trató sobre economía y moral. ¿Por qué ocurrió la crisis? ¿Qué hemos aprendido de ella? ¿Qué cosas han cambiado en la economía tras la recesión? Son los interrogantes a los que trataron de dar respuesta Juan Carlos Martínez Lázaro, profesor de Economía en el Instituto de Empresa, y Giorgio Vittadini, presidente de la Fundación para la Subsidiariedad y catedrático de Estadística de la Universidad de Milán.
“No solo fueron culpables los bancos, eso es pura demagogia”, ha sentenciado Martínez Lázaro. El profesor del IE explica de este modo su afirmación: “Nos metimos en un lío porque todos fuimos irresponsables. Fue irresponsable la banca porque acometió niveles de riesgo y de crédito que no deberían haber asumido; fue muy culpable la Administración que estaba allí para supervisar y no lo hizo, pero también fuimos irresponsables todos los que nos endeudamos”.
Por ello, ha recalcado que “es necesario que seamos más responsables para no hacer las mismas cosas que hicimos hace 10 años”. Sin embargo, ha añadido: “Debo decirles que soy bastante escéptico al respecto”.
Por su parte, Vittadini ha explicado que “la crisis global nace de un uso distorsionado de la financiación”. Para el profesor milanés, lo que desencadenó la recesión fue “la idea de poder ganar más allá de lo que valen realmente las cosas”. A su juicio la financiación pasó de ser algo necesario para sostener la producción a un instrumento para ganar dinero por sí mismo “como si las reglas financieras me permitieran ganar sin tener contacto con la realidad”.
De aquí extrae el presidente de la Fundación para la Subsidiariedad una primera lección: “Esto puede ser una oportunidad para el futuro porque esta confianza cuasi religiosa en las finanzas fuera de las leyes ha caído llevándonos a una crisis política”.
Economía y moral
En palabras de Vittadini, “hasta el momento de la crisis, la economía partía de una premisa que databa del siglo XIX según la cual el egoísmo del individuo a través de una mano invisible nos lleva al beneficio colectivo”.
Sin embargo, para el profesor de Estadística, la crisis nos ha dicho que no existe un mercado de hombres egoístas que conduzca al bien. “Esto ya no es solo una cuestión moral sino una cuestión económica”, ha aseverado.
Para Martínez Lázaro uno de los grandes desajustes de la economía que comenzó en los años 80 y que se agravó con la crisis fue que la empresa no repartía en la misma proporción los beneficios entre el capital (los accionistas) y el factor trabajo (los empleados) y esto ha llevado a un “fenómeno de estancamiento y proletarización” del que luego se han alimentado los populismos.
“El fin de la empresa es el beneficio, pero sin la atención a la persona, a largo plazo, tampoco se consigue el beneficio”, asegura el profesor de la Universidad de Milán, quien subraya que la principal enseñanza que nos ha traído la crisis es que “no se puede oponer el negocio a la moral: la moral forma parte de la creación de valor”.
¿Qué ha cambiado?
“Está claro que hay algo que se está moviendo, que debemos mirar precisamente para seguir hablando de economía”, sugiere Vittadini, en el momento en que en la mesa se plantea que hay muchas cuestiones técnicas que provocaron la crisis que se pueden corregir y prevenir pero también subyacía un problema antropológico y cultural que si ahora no se aborda nos puede llevar a otra crisis.
A juicio de Martínez Lázaro una de las cosas en las que hemos avanzado es en que los clientes se han empoderado gracias a la tecnología. “Ya no son clientes cautivos, tienen el control en la mayor parte de las actividades económicas. La innovación y el trato más cercano con los clientes han llegado para quedarse”, ha resaltado el profesor de Economía.
“Ha cambiado un cierto clima en nuestro país: el empresario ya no es visto como un explotador sino que ahora se mira con admiración a los emprendedores”. Sin embargo, Martínez Lázaro es pesimista en cuanto a la situación macroeconómica: “A nivel macro no ha cambiado nada y no me cabe duda de que llegará una nueva crisis porque seguimos haciendo las cosas igual”.
El profesor del IE pone su esperanza en que, a pesar de las administraciones públicas, haya muchos jóvenes que se lancen a poner en marcha sus negocios y a crear valor. En eso hemos avanzado y seguiremos avanzando.
En esto coincide con la conclusión del profesor Vittadini: “Hay algo que viene antes de la economía: hay que educar a gente abierta, con la mirada amplia, que tenga ganas de arriesgar, de construir. Si queremos una nueva economía debemos educar a la gente”.