El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, firmó este viernes tres decretos de restricciones de movilidad y actos públicos ante el crecimiento de los contagios por covid en la región.
Dos de ellos afectan directamente a la Iglesia. Uno, de forma indirecta y subsanable, afecta al horario de los actos litúrgicos vespertinos. Establecer el toque de queda a las 20.00 horas, dos horas por debajo de las 22.00 horas que establece claramente el decreto regulador el estado de alarma hasta el 9 de mayo. Los expertos jurídicos de la Junta hacen una interpretación extensiva del texto del decreto aduciendo que la expresión "horario nocturno" que figura en él avala la disposición, sobre cuya legalidad desde el ministerio de Sanidad que dirige Salvador Illa se han mostrado reservas.
Pero lo más llamativo es que Mañueco dispone que las misas y otros actos litúrgicos solo podrán celebrarse "siempre que, respetándose las medidas generales de prevención, no se supere un tercio de su aforo, con un máximo de 25 personas".
"Ni razonado ni aceptable"
Este tope, que ya aplicó la Junta durante la segunda ola en las provincias de Valladolid y Salamanca, es absoluto y no tiene en cuenta el tamaño de los templos. Prácticamente todas las grandes ciudades de la región tienen catedrales enormes en planta, altura y máximas posibilidades de ventilación, aptas para miles de fieles, que se ven tratadas así como si fueran capillas con aforo para 75 personas.
Éste es el motivo por el cual los doce obispos con territorio afectado por esta disposición, entre ellos el cardenal Ricardo Blázquez, han dado a conocer un comunicado en el que critican las medidas impuestas por la Junta de Castilla y León: "No nos parece razonado ni aceptable que el criterio de ese mayor esfuerzo sea una limitación de aforo expresada en términos absolutos -máximo de 25 personas por templo- cuando la superficie y volumen de los miles de templos, ermitas y capillas que hay en Castilla y León es muy diversa. Creemos que el criterio proporcional que se ha seguido en toda España durante las diversas fases de la pandemia puede considerarse más ecuánime".
"El criterio del numerus clausus es además injusto por desproporcionado", añaden, "ya que impide el ejercicio del derecho fundamental de la libertad de culto (art. 16, 1º de nuestra Constitución) a personas que podrían ejercerlo en tantos de nuestros templos que, aun con estricta limitación proporcional de aforo, podrían acoger a más de 25 participantes sin poner en riesgo la salud propia y ajena".
Los obispos afirman que han hecho llegar esta protesta a la Junta y que esperan que sus responsables (Mañueco, del PP, y su vicepresidente, Francisco Igea, de Ciudadanos, con gran protagonismo en las decisiones sobre la pandemia) tentan en cuenta estas razones "a ejemplo de lo ocurrido en otras comunidades autónomas que, habiendo establecido numerus clausus, rectificaron y volvieron al criterio proporcional aplicado de manera general en los diversos aforos".
En diez meses, en toda España, ni un foco vinculado a una misa
Desde que en marzo pasado el Gobierno estableció las medidas de protección y prevención contra la pandemia, en particular las de aforo, no se tiene noticia de ningún foco directamente vinculado a una celebración litúrgica. Así se lo manifestó de forma oficial a los obispos vascos el gobierno autonómico, un dato extensible a toda España. Como señalan también los obispos de Castilla y León, "el trabajo realizado por las diversas comunidades de nuestras respectivas diócesis ha sido grande, como también enorme el esfuerzo de Cáritas y otras organizaciones eclesiales para prestar ayuda en estos meses tan difíciles".
La práctica totalidad de los católicos de la región se ve privada ahora de la posibilidad de ir a misa durante las próximas dos semanas que durarán en principio estas medidas si no son rectificadas.