El pasado sábado por la noche la sección de la Adoración Nocturna Española del Tibidabo celebró la tradicional y a la vez concurridísima vigilia de Cristo Rey por primera vez en la parroquia de Santa Teresita, en el barrio de Gracia de Barcelona.
En la vigilia, a la que asistieron más de 400 personas, se impusieron insignias a los 36 nuevos adoradores nocturnos, y se dio gracias por los numerosos frutos espirituales de los 61 años de adoración nocturna en el templo de la montaña barcelonesa.
La ceremonia -en una iglesia llena de familias y jóvenes- fue oficiada por el obispo emérito de San Carlos (Venezuela), monseñor Tomás J. Zárraga. En su homilía recordó la vinculación del Corazón de Jesús con la festividad de Cristo Rey. Al final de la celebración, el obispo transmitió la bendición y el aliento del cardenal Omella a todos los adoradores nocturnos.
Tras la decisión del Templo del Tibidabo de no contar con el carisma de la Adoración Nocturna y cancelar la adoración perpetua en el templo -en activo desde 1966 y la más antigua de España-, la parroquia de Santa Teresita acogió el pasado julio a la sección de adoradores nocturnos del emblemático Tibidabo.
La parroquia de Santa Teresita del Niño Jesús, situada en el barrio de Gracia, se empezó a construir en 1932 bajo el mandato episcopal del obispo Manuel Irurita. Curiosamente el mismo obispo bendijo la primera estatua del Corazón de Jesús del Tibidabo, instalada provisionalmente en la terraza del Templo el 3 de febrero de 1935 ante 14.000 devotos. Monseñor Irurita, asesinado durante la Guerra Civil, era un gran devoto de la santa de Lisieux, y como obispo de Lérida ya había promovido la erección del santuario de Santa Teresita.
De este modo, la sección de la Adoración Nocturna Española del Tibidabo celebra ahora sus vigilias nocturnas (de 22:00 a 6:00) cada día del año en la parroquia de Santa Teresita. "El rector nos ha acogido con mucha caridad y benevolencia. Providencialmente todos los turnos siguen funcionando con normalidad, y de forma inesperada se han apuntado una treintena de nuevos adoradores. Agradecemos también de corazón a los nuevos sacerdotes que nos acompañan cada noche", afirma el presidente de la sección.
"Es fascinante ver cómo cada vez hay más gente que quiere pasar una noche con el Señor. El carisma de infancia espiritual de Santa Teresita nos reafirma, conscientes de nuestra nada, en el regalo que es poder acompañar al Señor cada noche, con espíritu de adoración, agradecimiento y reparación por nuestros pecados y los de todo el mundo", añade.
Las imágenes con el templo repleto muestran la vitalidad de la Adoración Nocturna en Barcelona, lo cual repercutirá para bien en la vida espiritual de la propia archidiócesis.