El beato Carlo Acutis falleció con 15 años en 2006 y fue beatificado en 2020. Era un joven italiano, buen estudiante, que estaba apasionado por el tema de los milagros eucarísticos, que clasificaba en su página web. Su exposición sobre milagros eucarísticos, ahora con plafones y paneles, se ha traducido a varios idiomas y recorre el mundo. Ya se ha expuesto en más de 10.000 parroquias.
Desde el 24 de mayo y hasta el 20 de junio la exposición está en un lugar muy especial que a Carlo Acutis le habría encantado visitar y conocer: Daroca, hermosa población de 2.000 habitantes en la provincia de Zaragoza, en cuya basílica se conservan y veneran unos paños corporales y una formas ensangrentadas del s.XIII, vestigio de uno de los más importantes milagros eucarísticos del mundo, el milagro de los corporales de Darroca.
Allí llegan estos días visitantes y devotos de Aragón y otras regiones, para ver la exposición en el marco de la hermosa basílica de los Corporales.
Niños de catequesis visitan la exposición de milagros eucarísticos de Carlo Acutis en Daroca
Un grupo femenino de Heraldos del Evangelio visita la capilla de los Corporales en la Basílica de Daroca
Un milagro durante una batalla
Sucedió en los alrededores de Luchente (Valencia), en 1239, durante la guerra contra el reino musulmán de Valencia. Las tropas cristianas de Calatayud, Daroca y Teruel acudieron a una misa antes de la batalla, celebrada por mosén Mateo Martínez.
Para el momento de la comunión, se decidió que comulgasen los seis capitanes de la tropa en nombre de todos sus soldados. El sacerdote consagró 6 formas para ello, pero en ese momento atacaron por sorpresa los musulmanes que habían rodeado el campamento sigilosamente.
El cura recogió las formas ya consagradas y las envolvió en un corporal, formando un pequeño atado que escondió bajo unas piedras. La batalla terminó con victoria cristiana. Cuando mosén Mateo recogió el corporal de su escondrijo, al desenvolverlo, contemplaron todos que las seis formas estaban ensangrentadas, adheridas al paño.
Inmediatamente, se comprendió que el Cuerpo de Cristo se había hecho presente en esas seis formas consagradas.
Los sacerdotes de la unidad pastoral de Daroca (que cubren casi 30 pueblos) explican esta exposición, que se puede visitar hasta el 20 de junio
La mula errante se detuvo en Daroca
Los cristianos de distintas ciudades compitieron por quedarse los milagrosos corporales y formas. Al final, decidieron que una mula árabe, capturada en la conquista, que nunca antes había pisado tierras cristianas, vagaría libremente con las reliquias y donde se quedara se establecería el culto. La mula anduvo 12 días y recorrió doscientos kilómetros sin quedarse en ninguna ciudad, hasta que cayó exhausta y murió en Daroca. Allí se veneran hoy los corporales y las formas en la basílica de Santa María de los Sagrados Corporales.
Pasados 23 años, una comitiva de Daroca viajó a Roma a informar del milagro con detalle al Papa Urbano IV. Este Papa se encontraba en ese momento en Orvieto, donde declaró auténtico otro famoso milagro eucarístico, el de Bolsena, e instituyó, en 1264, la Fiesta del Corpus Christi.
El milagro eucarístico de Daroca fue considerado como una señal divina a favor de la institución de esta fiesta. Santo Tomás de Aquino, que estaba con el Papa en esa ocasión, compuso himnos para la Misa propia del Corpus. Más tarde, el docto santo dominico sería nombrado patrono de la ciudad de Daroca.
Los corporales se conservan en Daroca, de donde era el sacerdote y muchos soldados, pero el milagro sucedió en Luchente, entonces tierra de moros. Este reportaje cuenta la devoción a este milagro en tierras valencianas