“Nos hacemos a la idea de que hay que ponerse en lo peor y luego conservar la fuerza para rehacernos”, contó el párroco de la iglesia de Todoque (La Palma) a ABC el 24 de septiembre. Dos días después, su parroquia quedó sepultada bajo un gran rio de lava volcánica.
La población de La Palma, especialmente los católicos, quedaron impactados ante el drama que supuso la destrucción de la iglesia, uno de los iconos más representativos de la localidad.
Momento del colapso del campanario de la iglesia de Todoque.
Sin embargo, ahora ponen sus ojos en otra parroquia, ésta de mayor valor artístico y antigüedad, que parece mantenerse en pie contra lava y colada después de que la roca fundida esté pasando de largo sin dañar el monumento.
Una ermita a prueba de volcanes: 2 erupciones y 300 años en pie
Y es que la ermita dedicada a San Nicolás de Bari no solo se ha salvado de una de las lenguas del volcán Cumbre Vieja, que entró en erupción el 21 de septiembre.
Se podría decir que el monumento del siglo XVIII está hecho “a prueba de volcanes”, ya que quedó intacto ante la erupción del mismo gigante hace poco más de 70 años en 1949.
El periodista Guillermo Cid informa en El Confidencial que “después de dos erupciones salvadas por los pelos y más de 300 años aguantando estoicamente, nadie quiere perder este símbolo declarado Bien de Interés Cultural”.
En la entrevista que realizo a la arqueóloga y directora general de Patrimonio Cultural de Canarias, Nona Perera plasmó la relevancia de la ermita. “Data de principios del siglo XVIII. Fue una iniciativa de Nicolás Massieu, militar y empresario español que hizo fortuna y quiso construir una ermita en su hacienda dedicada a este gran santo”.
A salvo del volcán, "de momento"
Cid recoge que, de momento, “la ermita no ha sido afectada por el volcán” y que ahora “está en la zona de exclusión”, pero “hay que prevenir”.
Por ello, los elementos patrimoniales de su interior –incluidas las reliquias del santo– han sido trasladados bajo la dirección de un equipo experto en restauración y conservación de bienes culturales a un lugar que ha facilitado el Obispado de manera provisional.
De hecho, Perera añade que “estamos viendo cómo descolgar y mover la campana, pues aunque no tiene valor histórico, si tiene gran valor emocional para los vecinos de la zona”.
“El milagro del San Juan”
“El milagro del San Juan” –en referencia a la salvación de la iglesia en 1949– tuvo lugar hace 72 años, “desde el 24 de junio al 31 de julio. El último día, el volcán abrió una boca que cayó por el lado oriental de la isla, aunque sin llegar al mar. Sus consecuencias fueron importantes y también supuso todo un trauma para los lugareños, siendo la salvación de la iglesia de San Nicolás una de las pocas escenas positivas”, relata Cid.
“Según recuerdan los propios vecinos de la zona, muchos afectados tuvieron que emigrar, y se dio un salto importante de palmeros a países como Venezuela, aunque estos barrios nunca desaparecieron. Igual que tampoco lo hizo la ermita de San Nicolás, que consiguió salvarse de la tragedia”.
La parroquia, explica, “vivió su punto de inflexión el 9 de julio de 1949, cuando la corriente de lava se precipitaba sobre Las Manchas en diferentes ríos, moviéndose uno de ellos hacia la iglesia”.
Como hace escasos días, también en 1949 “los vecinos decidieron salvar sus imágenes y ponerlas a buen recaudo mientras el párroco y algunos vecinos esperaban el trágico desenlace rezando dentro de la iglesia”.
“Al día siguiente de la evacuación, esa rama dejó de avanzar, lo que los vecinos consideraron como intercesión milagrosa de la Virgen de Fátima, que salvó este templo del siniestro. De ahí surgió la idea de construir el pequeño monumento”, concluye, en referencia a la estatua erigida en 1949.
Monumento dedicado a la Virgen de Fátima, junto a la ermita de San Nicolás, tras salvarse de la erupción del volcán en 1949.