Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha recibido el premio Ángel Herrera Ética y Valores que concede la Fundación Universitaria San Pablo CEU. Antonio Sáinz de Vicula, presidente de ACN recogió el premio de manos de Alfonso Bullón de Mendoza. Con este galardón se reconoce la decidida apuesta de esta organización por ayudar a la Iglesia Católica en países de verdadera necesidad, a los miles de refugiados y a todos los cristianos perseguidos en el mundo a consecuencia de su fe.
Los organizadores destacaron el apoyo que esta fundación pontifica da a los cerca de 6.000 proyectos pastorales y de emergencia humanitaria en más de 145 países, así como por la preocupación mostrada por la Iglesia en el mundo, por su notable eficiencia y por el auxilio mostrado a tantas familias cristianas, que han podido soportar con dignidad sus delicadas situaciones.
Estudiantes solidarios
Estos galardones nacen en 1997 con la intención de reconocer la labor social, docente e investigadora de personas o grupos pertenecientes a los diferentes centros del CEU. Desde su XX edición, se ha querido premiar también la labor de personas e instituciones que han destacado por su contribución a la mejora de la sociedad y la promoción del bien común.
Por su parte, el Premio Ángel Herrera a la Solidaridad recayó sobre la Asociación Solidaria Universitaria (ASU) por su proyecto ‘Diez años cambiando vidas’. Esta ONG nació con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de la gente, gracias a la participación social de los jóvenes a través del voluntariado y otras acciones solidarias a favor de los más necesitados. La presidenta de Manos Unidas y miembro del jurado, Clara Pardo Gil, entregó el galardón al director de proyectos de la Asociación Solidaria Universitaria, Gaspar González-Palenzuela.
La ASU ha llevado a cabo diferentes proyectos de cooperación y programas de voluntariado: inauguración de una escuela, un pozo y una casa para profesores de universidad, la ampliación de un colegio, el acopio de medicinas, ordenadores, entre otras acciones. Burundi ha sido durante la última década el lugar donde esta ONG ha concentrado todos sus esfuerzos para el desarrollo de proyectos de cooperación.
Las cruentas y continuas guerras que han asolado el país desde su independencia en el año 1962, y que no han tenido un asentamiento firme de la paz hasta el año 2005, hacen que la mayoría de las infraestructuras básicas para la población sean escasas o nulas.