España vive un momento en el que la educación diferenciada y también los colegios concertados están en el punto de mira del nuevo Gobierno socialista. Ante esta situación las grandes víctimas pueden ser los niños y las propias familias, que ven recortados sus derechos pero también la calidad de la enseñanza.
Daniel Tirapu, catedrático de Derecho Eclesiástico del Estado explicó en una conferencia en la Universidad de Navarra que “la existencia de modelos educativos distintos en una sociedad plural es indispensable para garantizar una educación de calidad”.
El peligro de apostar por un solo modelo educativo
Este experto de la Universidad de Jaén expuso que en España se quiere apostar por un solo modelo educativo y "el que no lo sigue es considerado un modelo de educación segregadora”. Y destacó que “es necesario un serio pacto de calidad escolar”.
Durante su intervención recordó algunas cuestiones actuales sobre la libertad de enseñanza en España. Entre ellas, hizo hincapié en la Sentencia del Tribunal Constitucional del 10 de abril de 2018, en la que se desestimaba el recurso de inconstitucionalidad presentado por 50 diputados socialistas contra una serie de artículos de la Ley Orgánica de 2019, para la mejora de la calidad educativa LOMCE. Y señaló que, de los temas abordados por esta sentencia, “los de más repercusión mediática han sido: el tratamiento de los centros de educación diferenciada y la enseñanza de religión como asignatura en Educación Primaria y Secundaria”.
Unos datos que conviene conocer bien
De este modo, Tirapu indicó que “las grandes batallas ideológicas y de sumisión social están en el control de la educación” y puso de relieve la importancia del Derecho a la Educación recogido en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (2007), cuyos puntos principales son tres: el primero, toda persona tiene derecho a la educación y al acceso a la formación profesional y permanente; el segundo, este derecho incluye la facultad de recibir gratuitamente la enseñanza obligatoria; y el tercero, se respetan, de acuerdo con las leyes nacionales que regulen su ejercicio, la libertad de creación de centros docentes dentro del respeto de los principios democráticos, así como el derecho de los padres a garantizar la educación y la enseñanza de sus hijos conforme a sus convicciones religiosas, filosóficas y pedagógicas.
Para este catedrático, el Derecho a la Educación de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea “cuenta con el equilibrio de tres elementos: la familia, el estado, y la iniciativa social y de las confesiones religiosas”. Asimismo, declaró que la novedad radica en el tercer punto “porque subraya que el derecho es de todos los individuos, pero la elección del modelo educativo corresponde a los padres”.
La facultad de elegir la educación acorde con sus convicciones pedagógicas amplía, a su juicio, la libertad de los padres en su derecho de elección: “A mi entender, supone un claro límite para los Estados a la hora de optar por un único modelo pedagógico. Además, permite abrir posibilidades nuevas y creativas al modelo de escuela tradicional, como instrucción en grupos familiares, a través de Internet o a distancia”.