En 2017, el ayuntamiento de Cádiz, con alcalde de Podemos, José María González (Kichi), decidió otorgar la Medalla de Oro de la ciudad a su patrona, la Virgen del Rosario, que además tiene desde 1967 el título de alcaldesa perpetua. La propuesta venía avalada por unas 6.000 firmas de gaditanos que, además, recordaban que se cumplían 150 años de su proclamación como patrona de la ciudad.
La medalla la entregó en una ceremonia el entonces concejal David Navarro al dominico Pascual Saturio, y el alcalde 'Kichi' no llegó a acudir al acto.
La asociación laicista Europa Laica llevó el caso a los tribunales, buscando impugnar esta distinción. En alguna de las sesiones coincidieron activistas laicistas abucheando y gaditanos devotos de la patrona cantándole una Salve, como se ve en el vídeo.
El caso acabó en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que ahora ha desestimado el último recurso de los activistas laicistas.
Como explicaba el Diario de Cádiz en junio, una evaluación del Tribunal Superior andaluz examinó y desestimó los argumentos de la asociación laicista. El Tribunal recogía precedentes de otras condecoraciones a devociones religiosas que el ordenamiento jurídico español encaja sin problemas.
Los argumentos de Europa Laica eran:
- esa condecoración “vulnera el principio constitucional de interdicción de arbitrariedad consagrado en el artículo 9.1 de la Constitución”
- la decisión municipal "afecta a toda la ciudadanía de Cádiz, parte de la cual no comparte esas creencias"
- se valoraba y premiaba “la intervención sobrenatural de la Virgen para detener epidemias y un maremoto”, algo que consideran “creencias particulares”
- que se valoraban los méritos de la Virgen desde la religión y no desde la realidad científica;
- que el Ayuntamiento ya reconoció a la Virgen de los Dolores en 2013, así que "premia repetidamente a un mismo sujeto con la misma distinción”
- que en la defensa de la medalla se quiere dar a entender que el reconocimiento realmente es a la orden dominica y no a la Virgen del Rosario
- que el historiador que interviene en el contencioso administrativo (Francisco Glicerio Conde) no es imparcial por pertenecer a la Asociación Católica de Propagandistas.
Frente a esto, el TSJA aceptó la argumentación del abogado de los dominicos, Martín José García, quien argumentó que:
- la medalla de oro a la Patrona se da “como símbolo representativo de la Casa de Nuestra Señora del Rosario y Santo Domingo en Cádiz”;
- que la Virgen María “fue una persona que históricamente existió como tal, independientemente de las consideraciones religiosas que pueden existir alrededor de la misma”;
- que “el reconocimiento se atribuye a una de sus advocaciones”, amparándose en este punto en la sentencia de la Audiencia Nacional sobre una condecoración a la Virgen del Amor de la cofradía de Jesús El Rico de Málaga, que dice que la concesión a una advocación mariana “lo es en su condición de titular de la cofradía, esto es, como imagen de la cofradía, pero es la cofradía, la persona jurídica, la destinataria de la distinción”.
El Tribunal ya señaló entonces que no corresponde al Juzgado “determinar la realidad o no de la intervención divina de la Virgen en las epidemias y maremotos que conforman sus méritos, según la petición realizada por la entidad”.
El TSJA incluso valora “el alcance pretendidamente histórico de la incidencia que la advocación de la Virgen tuvo en el comportamiento de la ciudadanía ante las señaladas calamidades", algo que el Ayuntamiento tiene "potestad discrecional" para valorar en la entrega de condecoraciones.
Entre los méritos de la Virgen del Rosario en Cádiz están:
- que en 1646, cuando una epidemia de peste asoló la ciudad, se organizaron rogativas y procesión con la imagen de la Virgen, y la peste desapareció
- que en 1730, durante la epidemia de fiebre amarilla, toda la Corporación asistió a una función solemne a modo de voto ante la imagen de la Virgen, y desapareció la enfermedad
- y que en 1755, un maremoto amenazó destruir Cádiz, los frailes dominicos sacaron en procesión la imagen para conjurarlo, y la ciudad se salvó
Europa Laica, en una nota, protesta porque ve que "la religión, en pleno siglo XXI, sigue impregnando el quehacer de las instituciones".
Una procesión por Cádiz con la Virgen del Rosario