José Francisco Serrano Oceja, doctor en Ciencias de la Información, perodista y miembro de la Asociación Católica de Propagandistas, ha publicado en vísperas de elecciones en España el libro A la caza del voto católico, con el subtítulo "8 millones de votos en el aire".
Se trata de un libro breve, de 85 páginas, que puede ser una magnífica introducción a la doctrina social de la Iglesia para jóvenes (católicos o no) que quieran entender el papel del voto católico, y sus paradojas, en España desde que hay elecciones democráticas, hasta la aparición de Vox en el Parlamento andaluz.
También puede ser un buen resumen de las opciones actuales, cómo se ha llegado a la situación actual, la enseñanza de los Papas y el Magisterio reciente (Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco) y un llamado a intentar reformular algunas reglas del juego para que los cristianos no sean el "tonto útil" de otros poderes que se benefician de ellos.
El libro, que menciona explícitamente las elecciones generales del 28 de abril y las del 26 de mayo, declara que "intenta ser un libro de información para el debate".
La relación entre derecha y catolicismo en España
Empieza declarando que "uno de los problemas de nuestro sistema político [español moderno] es que se sigue identificando a la izquierda con el anticlericalismo, quizá porque a determinada izquierda radical lo que le queda de su identidad más marcada es el clericalismo dado la vuelta".
En 2017 casi 7 de cada 10 españoles se declaraban católicos en el CIS. De los españoles que se declaraban de izquierdas, un 33% decían ser católicos. De los que se declaraban de derechas, un 90%. Se declaraban católicas 3 de cada 4 mujeres, pero sólo un 64% de hombres. Un 70% de hombres declaraban no ir a misa nunca o casi nunca. Entre las mujeres, sólo un 53% declara no ir nunca o casi nunca. Entre las personas con estudios superiores, el 40% se declaran ateos o no creyentes. Entre las personas sin estudios, menos de un 5% dicen eso.
¿Y qué votan los católicos? No hay muchos datos recientes. Una encuesta de NC Report (a no mucha gente) en 2016 recogía esta "intención de voto" entre católicos:
- 40% al PP
- 24% al PSOE
- 15,5% a Ciudadanos
- 15% a Unidos Podemos
Por esas fechas, un 36% de votantes de Unidos Podemos se declaraban católicos, y también un 92% de votantes del PP, un 81% de votantes socialistas y un 75% de Ciudadanos. A fecha de abril de 2019, todo esto puede haber cambiado completamente, porque muchas cosas son distintas hoy.
"Se añade la eclosión en las pasadas elecciones andaluzas de diciembre de 2018 de VOX, una formación de derecha clásica, aunque para los medios sea de extrema derecha, cuestión que nos dará para debatir largo y tendido", explica el libro... aunque ese debate no se da en estas páginas.
Otro dato relevante es que "la Iglesia sigue siendo una institución social esencial en España, pues en torno a diez millones de españoles se declaran católicos practicantes".
Cuando el PP mantuvo las leyes de Zapatero, algo se rompió
Serrano Oceja señala un par de elementos que cree que han cambiado la mentalidad del voto católico en España, aunque queda por ver hasta qué punto. El PSOE de Rodríguez Zapatero implantó una serie de leyes ideológicas desde 2005 (matrimonio gay, divorcio exprés, experimentación con embriones, ideología de género, educación para la ciudadanía y aborto sin causa) que el PP dejó sin tocar cuando llegó al poder Rajoy en 2011. "Hubo un antes y un después", escribe el autor, respecto a esta inacción.
El socialista Zapatero y su sucesor el popular Rajoy;
cuando el PP llegó al poder en 2011 mantuvo casi
toda la legislación anti-vida y anti-familia de Zapatero
¿Podían los católicos hartos del PP votar otra cosa que no fuera PP? Ahora había nuevas opciones: Ciudadanos, UPyD, Podemos... Pero sus políticas y programas se han ido viendo cada vez más incompatibles con la doctrina católica. Y, desde que Vox logró 12 escaños en Andalucía, ha surgido como otra posible alternativa. Se nos recuerda que de 2015 a 2018 el PP perdió más de 3 millones y medio de votos.
Los obispos en elecciones: ¿orientar o no orientar?
Ya en las primeras elecciones de la democracia en 1977 la Conferencia Episcopal insistió en que no participaría en el juego de partidos, aunque se pedía a los cristianos mirar en el programa quién defendía la libertad, la moralidad, la estabilidad de la familia (frente al divorcio), el derecho a la vida (frente al aborto), la libertad religiosa y educativa y la justicia social.
Pero en las últimas elecciones nacionales, tras la aceptación del PP de todas las leyes de Zapatero, la Conferencia Episcopal ya ni siquiera emitió una nota orientando al voto.
Serrano Oceja escribe: "en la sociedad de la opinión, si la Iglesia no habla, alguien hablará por la Iglesia". Y muchos se quejaron de que los obispos no tuvieran una palabra de análisis. Así que en diciembre de 2018 los obispos andaluces emitieron su nota. Pedían votar teniendo en cuenta:
- el derecho a la vida (aborto, eutanasia)
- el reconocimiento y ayuda a la familia, unión de hombre y mujer
- el derecho de los padres a educar según sus valores
- la defensa y ayuda de los más débiles de la sociedad
Y añadían: "queremos advertir a nuestros fieles de aquellas formaciones políticas cuyos dirigentes se dejan llevar por el populismo y la demagogia sobre nuestra historia". Aquí, ¡cada fiel podía pensar en el partido que quisiera!
Lo que proponen hoy los partidos
El libro hace un breve repaso de las propuestas recientes de cada partido. Del PSOE asombra su anunciada ley "de libertad religiosa y de conciencia", que más bien es una ley de laicismo para recortar algunas atribuciones de la Iglesia. No hay que olvidar sus intentos de implantar la eutanasia (y no los cuidados paliativos).
Podemos habla mucho de inmatriculaciones y nacionalización de bienes eclesiales y de leyes LGTB. Ciudadanos es "un partido demoscópico". El autor no señala que Ciudadanos puede ser peor que Podemos, ya que acepta los mismos elementos anti-vida y anti-familia, pero además añade el vientre de alquiler, cosa que Podemos y el PSOE no aceptan. Además, con posterioridad a publicarse el libro, Ciudadanos ha anunciado que quiere equiparar en todo las parejas de hecho (y otras familias) al matrimonio.
El libro constata también el giro hacia los valores incompatibles con la fe católica del PNV y la antigua CiU: el PNV en 1985 votaba contra el aborto; en cambio, en 2009 apoyaba completamente la ley de aborto fácil de Zapatero. Y la antigua Convergència, al refundirse con ERC en Junts pel Sí, adoptó toda la ideología de género, abortista y antifamilia.
El autor, José Francisco Serrano Oceja, es profesor en el CEU;
el libro puede ser muy útil para votantes jóvenes
¿Y VOX? Señala que es un partido "que en ninguno de sus textos fundacionales hace referencia al humanismo cristiano o mantra similar, y que, sin embargo, promete actuar en los ámbitos que el cardenal Ratzinger llamaba principios no negociables". Vox niega ser de extrema derecha: se declara de extrema necesidad. "Vox no es ni la derecha sin Dios ni la derecha con Dios", dice el autor. Pero la lista de propuestas a favor de la familia, los derechos de los padres y otros elementos, como una reducción del aborto (con una ley similar a la de 1985 pero sin coladero de "salud psíquica") lo hacen atractivo para el voto de valores. ¿Y la inmigración? Los católicos en Vox citan el Catecismo que en su punto 2241 pide que el inmigrante respete las leyes, costumbres y cultura del país de acogida.
Los mínimos que exige la enseñanza de Benedicto XVI
El libro quiere recordar los "principios no negociables" o "irrenunciables" de Benedicto XVI, que enunció por primera vez en marzo de 2006 a políticos del Grupo Popular europeo:
- protección de la vida humana en todas sus etapas
- reconocimiento de la familia como unión de hombre y mujer basada en el matrimonio; impedir su equiparación jurídica a otras unions
- proteger los derechos de los padres a educar a sus hijos
El libro también dedica un capítulo a las exhortaciones del Papa Francisco hacia los políticos. Valora especialmente el mensaje de vídeo del 1 de diciembre de 2017 dirigido a los políticos latinoamericanos: "el poder debe estar ordenado al servicio, para no degenerarse", recuerda.
Recoge también con detalle un texto de 2007 del arzobispo Javier Martínez, de Granada, en el que se escandalizaba de que con 8 millones de personas en misa cada domingo no se diese un fruto razonable en el mundo político. Recomendaba que en parroquias, colegios y movimientos católicos todos leyesen las primeras 50 o 100 páginas de Archipiélago Gulag, de Solzhenitsyn, para que nadie caiga en los encantos maniqueos de la ideología.
Advierte a los cristianos de que los partidos les usarán y manipularán para sus fines. Pero también lamenta que otros clérigos y cristianos se mantengan lejos de toda educación y formación política.
El libro finaliza citando al obispo Charles Chaput, quien denuncia que una religión sin papel en la arena pública es ajena a la doctrina católica. Y concluye así: "el problema, al final, quizá no sea cómo se distribuye el voto católico, sino si los católicos se acuerdan de lo que son a la hora de votar y de afrontar las injusticias en nuestro mundo".